El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, ha asegurado este miércoles que rechazaría la solicitud del presidente saliente Donald Trump para que intente bloquear la confirmación de Joe Biden como nuevo presidente por parte del Congreso.
Tal rechazo ocurriría en la sesión de este 6-E en la que los legisladores estadounidenses debían corroborar la victoria del demócrata, la cual terminó suspendida tras la irrupción en el Capitolio de seguidores del aún mandatario, reclamando por su derrota electoral.
Tras la declaración de Pence, Trump lo criticó sentenciando que «no tuvo el coraje de hacer lo que debería haberse hecho para proteger a nuestro país y nuestra Constitución».
Minutos antes, mientras la sesión se desarrollaba, Trump vociferaba a sus partidarios reunidos afuera de la Casa Blanca, que «Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones. (…) Mike Pence tendrá que ayudarnos, y si no lo hace, será un día triste para nuestro país».
Medios de comunicación calificaron tal solicitud como «algo que no tiene precedentes».
Obviamente, al enterarse del comunicado en el que Pence aseguraba que no intervendría para detener la ratificación del triunfo de Biden, Trump se desbordó en su contra a través de Twitter.
Un procedimiento constitucional
La sesión, que comenzó a las 13 horas, suele ser un mero trámite para corroborar el resultado ya confirmado por el Colegio Electoral el pasado 14 diciembre.
Sin embargo, estaba previsto que más de cien legisladores republicanos, incluidos trece senadores, todos aliados de Trump, lanzaran un último y estéril desafío al resultado de las votaciones, mientras que otros legisladores republicanos que planean certificar a Biden, fueron tildados de «débiles» por Trump.
En la sesión conjunta de la Cámara de Representantes y el Senado, los legisladores deben abrir y contar los certificados de los votos electorales correspondientes a cada estado del país.
Pero basta con que un miembro de la Cámara Baja y otro del Senado presenten una objeción a los resultados en uno de los estados, para desatar un debate y una votación de ambas cámaras sobre la posibilidad de no contar los votos electorales en ese territorio.
En tal escenario, la sesión podría prolongarse durante horas para debatir las alegaciones que presenten los aliados del gobernante saliente.
«Nunca concederemos»
Aunque no hay ninguna perspectiva de que la sesión cambie la ruta de Biden como nuevo presidente de Estados Unidos, el próximo 20 de enero, Trump aseguró este miércoles que «nunca» concederá la derrota frente a él.
«Detendremos el robo», remarcó ante los gritos de sus seguidores de «cuatro años más», mismo que vociferaron al irrumpir en la sede legislativa que debió ser desalojada, mientras en Washington se declaraba toque de queda.
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