(AP) — Voluntarios en el centro de Chile intentaron retirar el lunes metales carbonizados, vidrios rotos y otros escombros de vecindarios devastados por los incendios forestales registrados durante los últimos días, al tiempo que las autoridades elevaron el número de muertos a 123. Cientos de personas siguen desaparecidas.
Los incendios parecían haber disminuido el lunes por la mañana después de arder intensamente desde el viernes en el extremo oriental de la ciudad de Viña del Mar. Otras tres localidades de la región de Valparaíso — Quilpué, Limache y Villa Alemana — también resultaron gravemente afectadas, y las autoridades informaron que al menos 3.000 viviendas habían sido consumidas por el fuego en la zona.
El último balance del Servicio Médico Legal de Chile informó que a las 19 horas del lunes el número de muertos se elevaba a 123.
“Nos mantenemos trabajando en conjunto con la fiscalía y las policías para seguir realizando el levantamiento de fallecidos”, señaló su directora, Marisol Prado.
Prado dijo que muchos cadáveres se hallaban en malas condiciones y eran difíciles de identificar, pero agregó que el personal forense tomará muestras de material genético de personas que han reportado familiares desaparecidos.
La alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, dijo que al menos 370 personas han sido reportadas como desaparecidas en la ciudad de unos 300.000 habitantes.
Los incendios arrasaron con varios barrios que habían sido construidos precariamente en las montañas que se alzan al este de Viña del Mar, que también es un popular balneario.
Priscila Rivero, una chef del vecindario Alto Miraflores, dijo que tomó como 15 minutos hasta que las llamas saltaron de una colina vecina a su casa.
Relató que llevó a sus niños a lugar seguro cuando vio que se acercaba el fuego, pero cuando regresó para sacar algunas de sus cosas vio que la casa ya estaba quemándose y que salían llamas por las ventanas.
“El lugar donde vivimos toda la vida, impactante verlo así y muy triste perder todos los recuerdos, fotos de niños, de la boda de mis papás, pero muchos de ellos quedan en el corazón”, expresó.
Escuelas y otros edificios públicos de Viña del Mar y de la capital, Santiago, actualmente son utilizados como depósitos donde la gente lleva donaciones de agua, alimentos, velas y palas para las víctimas de los incendios.
En Viña del Mar y las localidades aledañas a Villa Alemana y Quilpé, la policía ha pedido a la población que no resultó afectada por los incendios que se quede en sus casas a fin de que los equipos de rescate puedan trasladarse con mayor facilidad.
Cientos de personas afectadas por los incendios regresaron a sus hogares el lunes para buscar entre los escombros. Muchos han dicho que prefieren dormir cerca de sus casas para evitar que los saqueadores se apoderen de lo poco que queda de sus posesiones o reclamen el terreno en que se construyeron sus viviendas.
Mientras también el lunes cientos de chilenos hacían sus aportes y donaban alimentos no perecederos, agua, pañales, comida para mascotas, productos higiénicos y otros enseres en camiones que partían desde Santiago a las zonas afectadas en redes de solidaridad ciudadana.
Naciones Unidas ofreció a través de su secretario general y la coordinadora residente en Chile ayuda en elementos no relacionados con comida y “asistencia en los desafíos de coordinación post-desastre” y afirmó que estaba dispuesto a ayudar a Chile en lo que necesitara.
Paralelamente, en Argentina se producían incendios que afectaban a zonas de difícil acceso protegidas del Parque Nacional Nahuel Huapi en Bariloche y se reactivaba en la Patagonia el incendio del Parque Nacional los Alerces que arrasó hace varios días más de 3.000 hectáreas de bosque nativo.