La administración de Nicolás Maduro rechazó la extensión de la orden ejecutiva suscrita en marzo de 2015 por el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, que declara al país como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad de la nación norteamericana.
A través de un comunicado de la Cancillería, el Gobierno calificó de paradójico que después de amenazar reiteradamente al pueblo venezolano con una intervención militar, afirmando continuamente que “todas las opciones están sobre la mesa”, el gobierno estadounidense pretenda hacer creer que se siente amenazado por Venezuela.