“Eminente médico y mejor ciudadano”, que bien pudiera calificarse en corta frase a Honorio Sigala, nacido a finales del siglo XIX, el 31 diciembre de 1894, en la población de “Curarigua”, del hoy municipio Torres del estado Lara y quien desde su profesión y condición de venezolano, edificó una forma de ser y de servir. Bien definido por Jaime de Lima Sierra: (Diario El Informador noviembre 15 de 1995)
Durante tres décadas comprendidas entre 1920 y 1950, no existió en el ámbito larense una personalidad más conocida, apreciada y recordada con orgullo regionalista que la de Honorio Sigala, médico cirujano que ennoblece su profesión dándole una vibración generosa y humana, demostró con el ejemplo lo que puede definirse como un buen ciudadano y no dudó de apartare durante importantes etapas de su vida de una clientela envidiable y de un esfuerzo favorable, para asumir importantes compromisos con la nación, cuando fue llamado a incorporarse a ese verdadero proyecto de reconstrucción nacional que se generó en los años sucesivos de la muerte de Juan Vicente Gómez.
Efectivamente, solo una persona con vocación de servicio público y de conciencia ciudadana, pudo ofrecerse para aportar sus ideas y conocimientos a nobles causas, la salud pública del país y de sus ciudadanos. Lo que le llevaría incursionar en la política con la mejor buena fe, en una etapa, que ha sido considerada de transición, que de no interponerse muchos intereses, se habría llegado al clamor popular de darse un régimen democrático con garantías colectivas e individuales dentro de su sociedad.
Como profesional de la medicina Sigala, será de las últimas promociones del famoso Colegio Federal de Barquisimeto y luego de egresar de la Universidad Central de Barquisimeto se va a Barcelona (España) adquiriendo prácticas quirúrgicas y culturales con pasantías en centros clínicos en París. A su regreso a Venezuela, fundara su propia clínica “Sigala” y la “Acosta Ortiz” donde se va ganando reconocimientos por sus conocimientos, prestigio y sobre todo respeto en el conglomerado de su tiempo que le invita a ejercer funciones pública, como congregante, ministro, embajador y gobernador de la entidad federal larense. Ambas etapas ameritan una investigación biográfica, atención a las respectivas memorias que debió presentar, además de documentos y correspondencia privada para precisar, cómo en tiempos de crisis es posible contribuir transitar por los caminos de la paz y el bienestar común donde la personalidad de Honorio Sigala, espera por su divulgación, insistiendo, que no hay derecho a que, permanezcan en el silencio de sus tumbas y no en la conciencia de las nuevas generaciones por lo que es una divisa de algunos positivos, por supuesto los incapaces y mediocres – eso no le interesa a nadie –
Es de destacar, que le corresponde al doctor Honorio Sigala, implementar las políticas contra el flagelo de la tuberculosis, tifus y paludismo que padeciera el país, durante la gestión del Presidente Eleazar López Contera, creándose el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y “Dirección de Mariología”. El doctor Honorio Sigala, fallecería en Barquisimeto en noviembre 22 de 1976 y a la Historia voy, Victoriosa o Vencida…
Jorge Ramos Guerra