Ana Obregón ya tenía su suntuoso trono en la socialité y el espectáculo español, pero tras conocerse que su nieta llegó a este mundo mediante un vientre subrogado y fecundada con el esperma congelado de su adorado y fallecido hijo, grabó con sangre su nombre en la historia de la prensa rosa de su país.
El tema de la maternidad subrogada y la actriz española, de 68 años, se ha convertido en un escandaloso binomio, y mientras algunos atónitos no entienden por qué, otros devoran las tropecientas noticias publicadas sobre el tema y se deleitan escudriñando en lo que para Ana significa simplemente, una razón para volver a vivir. Así lo ha declarado.
Desde las críticas por alquilar un vientre hasta las fotos de la animadora saliendo del hospital con su nieta en brazos, ante las cuales muchos pierden tiempo útil especulando si la revista @Holacom se las compró o las tomó al descuido; todo, absolutamente todo entra en el hervidero de comentarios que se pasean entre el morbo y la mojigatería.
Pero nada de lo que digan los medios parece hacer mella en la felicidad de @ana_obregon_oficial, que ahora se quita el luto permanente en el que se sumergió cuando hace tres años el cáncer de su hijo la separó de él, casi en paralelo con la muerte de su padre.
Desde entonces, la bióloga de profesión dedicó su vida a hacer realidad los tres deseos de su hijo: escribir un libro, que ya pronto saldrá a la luz. Crear una fundación de ayuda contra el cáncer (@fundacionalesslequio) y ahora, el último: ser papá.
Para quienes critican por criticar, para quienes se visten de moralistas, y hasta para quienes no saben qué decir de todo esto, Ana les responde: «Yo me morí el 13 de mayo de 2020 y he vuelto a nacer el 20 de marzo de 2023”.
¿Te importaría el ‘qué dirán’ con tal de cumplir el deseo de un ser amado que muere?