El pasado jueves 4 de abril se registró un lamentable hecho de sangre, en jurisdicción del Estado Zulia.
Una discusión originada por celos fue el detonante para que Stiven Ibarra Briceño, de 45 años de edad, matara a cuchilladas y a sangre fría a su esposa, Yusmery Lugo de Ibarra (40), y luego se ahorcara, en una casa ubicada en la calle Cumaná, parroquia “Carmen Herrera”, de Cabimas.
Según lo detallado por el portal “Noticia al Día”, los vecinos aseguran que la pareja estuvo peleando a gritos desde el mediodía del mismo jueves.
Sin embargo, no era algo usual, ya que afirman que tanto Stiven como Yusmery eran consideradas personas tranquilas, cordiales y apacibles.
Eran pasadas las cuatro de la tarde cuando los vecinos dejaron de escuchar los gritos y los ruidos extraños que salían del domicilio, signado con el número 101, propiedad de la madre de Stiven Ibarra.
Fue ésta quien se asomó por una de las ventanas y vio a su hijo, con su cuerpo colgando de un mecate.
Luego, el cadáver de Yusmery fue hallado en uno de los baños de la casa sobre un gran charco de sangre, pues Stiven la atacó con un cuchillo, con el que la degolló y le produjo numerosas heridas en diferentes partes del cuerpo, sobre todo, entre el pecho y el abdomen, que la dejaron muerta en el acto.
Al sitio, se presentaron funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Policabimas y del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (CPBEZ), quienes se encargaron de acordonar el área para el levantamiento de los cadáveres e iniciar las investigaciones de rigor.
Hasta los momentos, las autoridades manejan lo pasional como principal móvil del hecho, tomando en cuenta que, según lo expresado por allegados de la pareja, ambos tenían problemas de índole sentimental desde hace varios meses, y que traen incluso desde Colombia, donde estuvieron viviendo una larga temporada.
Stiven Ibarra Briceño y su esposa procrearon tres hijos, quienes, por los momentos, están a cargo de los familiares de la pareja.
Trascendió que ellos no habitaban en la casa donde ocurrió la tragedia, pues ahí sólo atendían una venta de legumbres y frutas. Vivían junto a sus hijos en el sector Colinas de Bello Monte, de Cabimas.
Fuente: Cactus 24