La Organización Mundial de la Salud (OMS), admitió su lenta respuesta los primeros meses de la pandemia de covid-19, a la hora de dictar recomendaciones y tomar medidas.
Una de las claves para la lentitud fue «el tiempo que se tardó en identificar la posibilidad de contagio de una persona a otra, así como la transmisión asintomática o presintomática», destacan en uno de los informes que presentarán en la próxima asamblea del organismo.
enfatizan que al presentarse los primeros brotes «la OMS debería haber usado sus propias evaluaciones de riesgo, sin esperar la aprobación de los países afectados o consejos de su Comité de Emergencia»
Enfatizan que «el mundo no estaba preparado para una amenaza de este tipo».
Destacan que se necesita «más cooperación, mayor transparencia e intercambios más frecuentes de datos en tiempo real».
Para ello, debe haber cambios en el sistema sanitario internacional, del que la OMS es parte, «que requieren acción urgente, no años de negociaciones».
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