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No son cócteles, son experiencias de vida

No hay limitaciones en cuanto a los ingredientes a la hora de crear un cóctel, lo que importa es su sabor, presencia y por supuesto, que propicie momentos inolvidables que los guaros disfrutan, hasta más de la cuenta.

Ivar Colmenares Trujillo Fotos: Julio Colmenárez @JulioColmenárez05

¡Sorpréndeme!, ¿qué me ofreces? Así rompen el hielo los comensales o invitados al evento cuando se acercan a la barra coctelera.

Se trata del reto clásico para los bartender, quienes ya acostumbrados a la altivez o curiosidad con la que los comensales lo plantean, en segundos y con herramientas en mano, comienzan a preparar sus mejores obras…, de arte, porque eso es un coctel, y ellos son unos artistas.

Por eso la coctelería no es una cuestión de moda que va y viene. Es una experiencia de vida basada en la creatividad, la pasión, la alegría y, como opina el bartender barquisimetano, Fred Nieto, en la humildad.

“Con arrogancia no se puede trabajar”, dice quien lleva casi 15 años preparando y creando explosiones de sabor que disfrutan los jóvenes y adultos contemporáneos, porque los mayores son fieles a sus bebidas tradicionales.


Su experiencia con el público guaro no es tan diferente a la de otros colegas y por ello todos confirman lo que el mercadeo venezolano ha dicho siempre: los guaros son exigentes.


Pero en lo que a coctelería se refiere, quizá sea más benévolo llamarlos curiosos, y por ello dispuestos a probar en una sentada, inagotables combinaciones que superan fácilmente los 20/30 grms considerados como ingesta diaria máxima de alcohol para un ser humano.

Un poquito de historia…
Según la RAE, la palabra cóctel se define como: Bebida compuesta de una mezcla de licores a la que se añaden otros ingredientes. De su etimología se conocen dos versiones, hermanadas por la cola de gallo. “Coq”, gallo en francés, y “Tail”, cola en inglés, explica que era costumbre decorar bebidas con las largas plumas de las colas de estas aves. La otra versión dice que Cola de Gallo es la raíz de una planta caribeña con la cual mezclaban bebidas por allá en la América del siglo XIX.
El bartender, por su parte, ha evolucionado desde el cantinero y el barman, a múltiples variantes como flair bartender, tea tender, tiky tender y mixólogos.


Después del primer trago van y vienen a la barra probando otros diferentes. La explosión no solo detona sabores sino también emociones, porque en cada viaje crece la empatía entre los comensales y el bartender, quien termina siendo un amigo y hasta cómplice. De allí que la coctelería tenga una máxima: Haz del cliente un amigo y no del amigo un cliente. Fred la confirma con sus relatos junto a lo impecable que debe ser la presentación personal, el trato y el área de trabajo de un bartender.

De allí que la coctelería tenga una máxima: Haz del cliente un amigo y no del amigo un cliente. Fred la confirma con sus relatos junto a lo impecable que debe ser la presentación personal, el trato y el área de trabajo de un bartender.

Todo ello crea la atmósfera perfecta para vivir una experiencia glamorosa, divertida y fresca a través de sabores, texturas y colores que los clientes agradecen.

Los clásicos y sus nombres

Muchos cocteles deben sus nombres a la inspiración de sus creadores surgida de un momento, lugar o persona en particular. La imaginación es libre de elucubrar por qué hay coctel llamado Sexo en la Playa, el cual junto al Mojito y el Margarita ocupan el cuadro de honor, seguidos del Destornillador, el Buldog, la Caipirinha y los sempiternos Cosmopolitan y Cuba Libre.

El trópico ácido y colorido

Parchita, naranja, piña y limón son embajadores del trópico en las barras cocteleras venezolanas. En las larenses no hay excepción pero sí diferencia y la pone el ancestral cocuy, que tal como los tradicionales aguardientes, rones y vodka, es un pícaro cómplice de los cítricos.

Instagram: @barramovilycocteles

A los guaros les encantan estos cocteles, pero también coquetean con los cremosos y dulces llegando a hacer unas mezclas que desafían la integridad estomacal. Fred Nieto explica que la curiosidad de probar aquello que se percibe atractivo, sumado a la idiosincrasia criolla, no siempre respeta los protocolos.

Cada quien con sus gustos

Desde texturas densas como el chocolate y la leche condensada, hasta las especias afrodisíacas como el tomillo y el jengibre, la barra coctelera intenta satisfacer variados gustos, tanto los de ellos que testean virilidad con sabores fuertes; como los de ellas que queriendo o no, hacen de las sombrillitas de colores y cerezas marrasquino, potentes armas de seducción.

Incluso la música marca diferencias. En un ambiente house los cítricos y el ron mandan en las copas, pero si la onda es reggaetonera las bebidas gasificadas disparan el flow. Para los rockeros en cambio una bebida con picante está a tono con la fuerza de redoblante y platillos.

Pero tanta exigencia puede desvanecerse al despuntar el alba. Cuando más de un@ ha perdido facultades o liberado de ataduras sociales, cuenta Fred que es muy común verles terminar la farra con una irreverente tanda de shots de tequila o cocuy.

¡No lo hagas, por favor!
Un creativo y atractivo coctel acaba de ser preparado. Es flambeado, hecho con destilados de diferentes sabores cuya densidad los separa en sutiles capas de colores dentro de una sinuosa copa que, atravesada por un incisivo pitillo, se posa sobre una sobria servilleta negra.
Esta obra de arte la recibe un guaro que en arrogante pose de erudito, exigió un coctel de categoría. Sin embargo, sin pudor alguno, revuelve el contenido cual papelón con limón, lo bebe como cerveza en calorón y todavía tiene el tupé de decir: “esto está como agua’o”.
Fred Nieto ya ha aprendido a lidiar con esos prosaiquismos comunes en estas tierras que, paradójicamente los compensan con un alto valor: la gratitud. Es alentador despedir una jornada de trabajo con las “gracias” de quienes, a su manera, disfrutaron cada preparación, cuentan con ánimo los artistas de la mezcla.

Calidad Vs. Educación

Cada vez hay más talleres de adiestramiento y bartenders formados en Lara y en Venezuela haciendo un buen trabajo dentro y fuera de nuestras fronteras. Como instructor que también es, Fred Nieto advierte que bartender no es el que sabe preparar algunos cocteles sino el que conoce de técnicas, licores y destilados y también de ética. Por eso recomienda a los establecimientos conocer a quienes contratan.

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