Este 6 de septiembre de 2019 hemos conocido con tristeza la partida física de una gran figura de nuestra región.
Ella formó parte de la historia editorial de Estancia, la revista, y también fue protagonista de muchas crónicas de El Informador.
En su honor hoy publicamos la última entrevista para Estancia, con motivo de su segundo aniversario, en marzo de 2017.
¡Hasta siempre, Yaniré!
Ivar Colmenares Trujillo
Yamilet Herrera Dudamel / Fotos: Julio Colmenárez
¿Qué hace un pingüino en casa de una mujer que se declara groseramente guara? Mejor dicho, ¿qué hacen cientos de pingüinos en ese paisaje larense en el que la diseñadora Yeniré Palencia ha convertido su hogar? ¿Por qué están con su actitud sigilosa sentados como dueños y señores en el sofá de una sala protegida con la imagen de la Divina Pastora tallada por Cirilo Rodríguez; y donde resalta un cuadro de Armando Villalón? ¿Qué los lleva a acomodarse con tanta confianza en la cocina, entre vasijas de barro moldeadas en el caserío El Caimito? ¿Con qué derecho se posan tan cerca de los manteles tejidos en Tintorero? Y no son todos, asegura Yeniré, quien los defiende en una sola frase: “Ellos simbolizan la fidelidad y ese para mí es un valor esencial”. Basta con eso para que el árido paisaje larense no los derrita con su abrazo agreste.
Espléndida. La que fue reina de las Ferias de Barquisimeto en el año 1987, se graduó de Contador Público y ejerció con su papá Lino Palencia, hasta que colgó el título para descubrir su verdadera pasión. “Soy plenamente feliz, tengo un suiche y lo que me hace sentir mal, ¡fuera!”
Divina Pastora. A la Virgen le pidió tener esa casa y la ofrendó con un nicho en la entrada e imágenes en otros espacios, como el patio, donde la modista se acuesta en una hamaca y la patrona custodia su descanso desde la pared de fondo. “Soy devota, profundamente mariana”.
Lara. La creadora de trajes con los que se han lucido figuras como Viviana Gíbelli, Ana Karina Añez, Fabiola Colmenárez y otras famosas, se ha propuesto convertir su morada en un resumen de su terruño. “Todos los rincones son mis favoritos”.
La mesa: Le gusta comer bien servido, con manteles y vajillas de rigor. Así disfrutó su arepa y cortes de cachapas untadas con crema de leche, queso y mantequilla, preciosamente colocados en bandejitas de madera de Guadalupe; sorbió su gran café con leche y su jugo de caña con limón en taza y vaso de gres. “Es que yo soy groseramente guara”.
Novias: Yaniré declara que se ha dedicado especialmente a la confección de trajes de novia. “La emocionalidad que trasciende a una novia me identifica más”.
Los Pingüinos, otra vez: Ella dijo que tiene sábanas, pijamas, medias y cientos de objetos de pingüino. Estancia la sorprendió con una petición: entrar a su cuarto, un lugar absolutamente privado, que finalmente abrió. En la pulcra cama blanca –que llama su cuna- se tiende con su Tablet y su libro “Repertorio Poético” de Luis Edgardo Ramírez hasta que la atrapa el sueño, siempre entre pingüinos. “No sé cómo desprenderme de ellos”.