“Para Roberto Picón, rector principal del Consejo Nacional Electoral (CNE), y para este mismo ente colegiado, los observadores electorales enviados por la Unión Europea van a ser simples ‘mirones’, y no “observadores” electorales.
Tal posición está contenida en una declaración enviada hasta nuestras oficinas de redacción por un grupo de dirigentes social cristianos del Estado Lara, ante lo manifestado por Picón acerca de “la plena libertad” que tendrán los observadores electorales internacionales para que cumplan sus funciones ante las elecciones regionales nacionales del 22 de noviembre próximo.
Los declarantes fueron Samuel Medina, Pablo Azuaje, Daniel Mendoza, Alexis Carrasco, Atilano Linares, Alexis Saldivia, Enio Anzola, Héctor Jiménez y Nildo Pérez.
-Ciertamente –apuntaron-, de acuerdo con lo señalado por Picón, los “observadores” van a tener total libertad de movimiento, de ubicación, de entrevistas, de reuniones, etc., cuestión supuestamente positiva y demostrativa de la “amplitud” de este CNE.
-Por cierto –precisaron-, es de suponer que las declaraciones de Picón expresan de alguna manera la posición oficial del CNE con relación al tema de los observadores internacionales.
-Pero –y he aquí el “pero”- dijo Picón que esos mismos “observadores”, para poder emitir ante los medios de comunicación social una opinión acerca del desarrollo de los comicios, o de la votación misma, deben previamente tener el permiso, o la autorización, del CNE.
-¿Y eso no es una censura…? ¿Para qué diablos van los “observadores” internacionales a tener plena libertad de todo, si se les va a cercenar lo más importante, como lo es el establecer que no podrán emitir opinión alguna acerca del proceso electoral en sí, sin antes tener el permiso previo de ese mismo CNE?
Tendrán que ser complacientes
-Por supuesto, la lógica indica que es de suponer que las declaraciones que emitan los “observadores” internacionales acerca del proceso electoral tendrán que ser, en todo caso, absolutamente complacientes con el mismo CNE y hasta con el gobierno, que es el que, a fin de cuentas, controla el máximo organismo electoral del país.
-En todo caso, esto no es sino un caso innegable de censura previa, lo que es totalmente inaceptable, si es que se quiere revelar, sin cortapisas de ningún tipo, la verdad de lo que suceda en el proceso electoral
-Es por tal razón que nosotros afirmamos, con toda seriedad y responsabilidad, que esos “observadores” internacionales no serán más que simples “mirones” electorales, y resulta que –para expresarlo en lenguaje dominocístico— los mirones “son de palo”.
-El que no la debe no la teme, reza un viejo adagio popular, por lo que la pregunta obligada es: Entonces, ¿A qué le temen…?
-O sea que, en dos palabras, el propio Picón se encargó de echar por tierra esa interesada consejagobiernera que anda por ahí circulando desde hace ya varios meses, como la de que “tenemos un CNE equilibrado”, o la de que “ahora sí hay condiciones para participar…”
-“Yo te aviso, chirulí”, diría un barquisimetano avezado, y que no se caiga a cobas.
Reinaldo Gómez