¡ El desierto viviente !
Las montañas cubren aproximadamente el 20 por ciento de la superficie de la Tierra. En las montañas o sierras vive aproximadamente el 10 por ciento de la población del planeta, pero la mitad de la humanidad depende más o menos directamente de los recursos que ofrecen, como el agua, energía, minerales, bosques, o los lugares de esparcimiento. Con su variada topografía, inclinaciones de las laderas, y aislamiento ecológico, las montañas sostienen ecosistemas más diversos y un gran porcentaje de especies endémicas que las que sostienen las regiones más bajas.
El Programa sobre el Hombre y la Biosfera de la Unesco ha reconocido su fragilidad. Según informes realizados, en las distintas partes del Planeta las zonas montañosas están sufriendo en grados diversos la influencia de las actividades humanas. En general, los efectos producidos por el hombre en los ecosistemas de montaña originan situaciones críticas más rápidamente que en otros tipos de ecosistemas.
La inclinación de las laderas, sobre todo si están deforestadas, acelera y agrava los procesos de destrucción de los suelos, como la erosión y deslizamiento de tierras, las avalanchas e inundaciones.
La restauración de los lugares afectados es mucho más difícil que en las tierras bajas.
“En estas tierras encontramos la mayor diversidad del mundo, ascendiendo desde el nivel del mar hasta cerca de los 9 mil metros, desde la selva tropical hasta las nieves perennes y desde los climas con más de 12 metros de lluvia al año hasta los desiertos de gran altitud.”
Una cuenca hidrográfica está constituida por el territorio que delimita el curso de un río y el espacio donde se colecta el agua que converge hacia un mismo cauce, por decirlo de una manera más clara es toda aquella superficie que cuando llueve el agua cae a un cauce o a una cuenca.
Cada cuenca hidrográfica, sus recursos naturales y habitantes poseen condiciones físicas, biológicas, económicas, sociales y culturales que les confieren características particulares a cada una, importantes para considerarlas como unidades de planificación.
Estas deberían ser los limites naturales por los cuales regirse los hacedores de leyes al momento de crear entidades federales, municipios, comunas o cualquier otra forma de organización, lo cual permitiría planificar de forma integrada el espacio, considerando el sistema como un todo.
Cada cuenca es como un ser vivo, porque aparte de ser única, podemos decir que tiene, para los ríos que la forman un área de nacimiento (Cuenca alta), un sector donde crece y reproduce (Cuenca media: el río adquiere mayor grosor y hasta se bifurca) y un sitio donde
muere o desemboca (Cuenca baja).
Todas las aguas del estado Portuguesa drenan hacia una macro cuenca, la más grande de Venezuela, la Cuenca del Río Orinoco. Sus ríos drenan las aguas en sentido sur y en el llano en sentido Sur-Este.
El Rio Morador es una corriente que tiene su naciente junto al Río Portuguesa y el Río Yacambú, en el estado Lara, al este de la población de Guarico, en el Cerro Mundo Nuevo.
Estos dos grandes ríos forman dos grandes cuencas que destacan en el estado Portuguesa. Sin embargo, la dinámica fluvial de nuestros ríos llaneros en zonas de escasa pendiente provoca una corriente en el sector previo a desembocar al río Apure, actualmente los ríos están separados, uniéndose a través de caños en la temporada de lluvias.
El Río Portuguesa recorre de oeste a este el territorio del estado de Portuguesa y el sur del Estado Cojedes, dentro de la Región Centro Occidental.
Fluye a lo largo de 600 km hasta desaguar en el Río Apure, y tiene una cuenca de aproximadamente 80.000 km² de superficie, donde se ubican un grupo de ciudades importantes. Su caudal permite la navegación de embarcaciones menores.
En la extensa área que cubre la cuenca, las aguas del río son utilizadas con diferentes fines, entre los que sobresale el riego para los cultivos de arroz, maíz, sésamo, algodón, bananos, etc.
El caserío Santa Marta está ubicado en lo que he denominado como una Mesopotamia, que es zona protectora de las cuencas de los ríos Morador y Portuguesa. En sus inmediaciones se encuentran las nacientes de las quebradas, San Lorenzo, El Aguacate y la quebrada “El Humo.”
Casi desde el comienzo de mi intención de tratar de ser útil a las humildes familias caficultoras he alertado sobre la inmensa depredación que se viene ocasionado en esta zona, como consecuencia de la ignorancia, del hambre y la miseria en la que vienen sobreviviendo, talando y quemando áreas de altísima fragilidad ecológica, caracterizadas por montañas enclavadas sobre pendientes pronunciadas; bosques nublados preservadores de la vida de más de 32 especies en peligro de extinción, entre ellas, el Oso Frontino, El Paují Copete de Piedra, y el Turpial Blanco. Aupados por la siembra de café a plena exposición solar que ha tenido como consecuencia nefasta que el Río Morador, en ocasiones, se ha secado.
“Se están violando flagrantemente 3 artículos del Constitución Nacional y 7 leyes protectoras del Ambiente.”
La alerta lo he llevado al Ministerio Público y en 2008 se trasladó a la zona el Fiscal 23, con competencia ambiental y así lo constató. Pero no se paró la devastación que tiene como prueba gráfica 10 videos que subí en YouTube, 8 con el título: “DEPREDACIÓN EN LA SIERRA DE PORTUGUESA2 Y 2 COMO “CUREMOS LA TIERRA.”
Este viernes 27 de septiembre de 2024, recibí la denuncia de la tala y la quema que se está cometiendo en la montaña arriba del caserío Santa Marta, precisamente en la zona protectora de la quebrada “El Humo”, la misma que surte de agua al caserío.
“El llamado es a las autoridades que aceptaron la autoridad necesaria y suficiente que les permite cumplir con la responsabilidad de preservar el ambiente y por ende proteger la vida…”
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