Los trabajadores del estado Lara cierran el año 2018 en conflicto. Durante todo el año protagonizaron protestas, pancartazos, marchas y actividades de calle para demostrar su descontento por los bajos salarios y pérdida de logros que habían obtenido gracias a sus contratos colectivos.
Personal de salud, docentes, transportistas, eléctricos, sindicalistas y otros trabajadores públicos conformaron la Citel: la Coalición Intersectorial de Trabajadores del estado Lara, una organización que levantó la voz contra las políticas económicas del presidente Nicolás Maduro, pese a la pasividad de otros grupos ciudadanos, que parecen estar sumergidos en su cotidianidad.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos del estado Lara, ha sido uno de los personajes que ha llevado la batuta en este desafío. Este jueves, en medio de una nueva protesta en la carrera 19 a la altura del Rectorado de la UCLA, señaló que el comienzo del año 2019 será para enarbolar la lucha de la coalición.
Incluso plantear la situación de los trabajadores del estado Lara ante la Organización Internacional del Trabajo y otros organismos que velen por los derechos de los trabajadores y puedan mediar en este conflicto.
A los políticos les pide unidad. Una palabra que les ha costado procesar a los sectores de la oposición venezolana, que esta semana sufrió un nuevo sacudón con la salida de la diputada Delsa Solórzano de UNT, para crear su propia dirigencia.
Por otro lado está la bancada de María Corina Machado. La dirigente de Vente Venezuela que asegura que la prioridad no son las tablas salariales, sino «salir de Maduro con toda la fuerza que sea necesaria».
Rivas propone que los líderes políticos trabajen en equipo, de la mano de los gremios y la sociedad civil. «Debemos conformar una unidad superior para poder salir de esto».
Ruben Dario Albornoz, presidente de la Asociación de Empleados de la UCLA, dice que los trabajadores de las universidades están en una situación crítica, lo que los ha llevado al éxodo masivo.
«En las universidades estamos perdiendo profesionales, pero ademas los postgrados están solos porque un TSU devenga semanalmente 600 bolívares soberanos, y un profesor con postgrado y especialización gana 900 bolívares. Eso es una injusticia que aplasta la meritocracia».
Albornoz prevé un «panorama oscuro» en 2019. «No hay estímulo para el profesor, los estudiantes no tienen sus providencias, y el Gobierno no quiere escucharnos. Lo que viene es calle» resalta.
Sonia Hurtado, del Colegio de Profesores del estado Lara, también apunta que las infraestructuras de las instituciones educativas están deterioradas y el problema es generalizado en todo el país y en todos los niveles educativos.
La presidenta del Colegio de enfermeras del estado Lara, Elda Giménez, manifestó que los centros de salud continúan con déficit de personal de enfermería. Las especialistas han abandonado sus puestos de trabajo para dedicarse a otras actividades con mejor remuneración. «Hay renuncias a diario y seguramente vendrán muchas más».