El caos reina en el transporte público y no hay quien frene la especulación y la usura en el cobro del pasaje. La situación es nacional y el afectado, como siempre, es el ciudadano de a pie.
Las líneas de transporte y las unidades independientes cobran el precio que consideren conveniente y justo para ellos, con el agravante que los ‘ajustan’ casi a diario.
En horas de la noche la tarifa “impuesta” llega a duplicar la del día, y los usuarios ven con horror como el sueldo se les va en pasaje, y buena parte de sus días en las colas del banco para retirar efectivo.
Los bancos dan cantidades bajas, y con el vaiven de los precios, largas horas en un agencia se reducen a apenas dos o tres días de pasaje, sobre todo si el usuario debe tomar varios carros debido a otra gran irregularidad: la fragmentación de las rutas.
Aunque todos están expuestos a un grosero: “si no tiene o no quiere pagar completo entonces bájese de la unidad”, por parte de conductores y recolectores, quienes salen peor parados son los de la tercera edad.
Como puede apreciarse, el problema es multidimensional, en razón de lo cual son varias las autoridades que tienen competencia para intervenir, pero ninguna parece hacerlo con efectividad.
– Los bancos solo dan entre Bs. 50.000 y 20.000, eso alcanza para un día de pasaje, debo ir todos los días al banco”, lamenta un ciudadano en Maracaibo, donde un pasaje puede costar hasta 20 mil bolívares cuando la tarifa legal es de 3.500.
En otras ciudades como en Puerto La Cruz, la situación rebasó a tal punto la resistencia de los usuarios, que decidieron protestar en plena calle. Incluso lo hacen con frecuencia fija.
En su caso, cuestionan que la ciudadanía no sea tomada en cuenta para discutir el costo del pasaje, mientras que en Zulia transportistas aseguran que discuten tarifas con la municipalidad.
Reconocen que hay especuladores, pero los transportistas formales están cobrando lo acordado por la temporada navideña. Tanto ellos, como sus colegas de otras regiones del país, recuerdan que comprar un caucho, una batería, o cualquier repuesto vale dólares y hay que pagarlos para seguir prestando el servicio.