Este lunes 06 de diciembre, una corte especial en la capital de Myanmar condenó a la líder depuesta del país, Aung San Suu Kyi, a cuatro años de prisión tras declararla culpable de incitación y de incumplir las restricciones contra el coronavirus, según un funcionario legal.
La sentencia es la primera en una serie de procesos legales contra la ganadora de un Nobel de la Paz, de 76 años de edad, iniciados después de que el Ejército tomara el país el 1 de febrero e impidiera que la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Kyi, iniciara un segundo mandato de cinco años.
La semana que viene se espera el veredicto de otro caso en su contra. Si es condenada en todos los procesos, podría sumar sentencias de más de 100 años de prisión.
La corte no aclaró si Suu Kyi iría a prisión por sus dos nuevas condenas o quedaría bajo arresto domiciliario, indicó el funcionario legal, según reseña AP. Suu Kyi pasó 15 años en arresto domiciliario a partir de 1989 en su larga lucha por la democracia.
La sentencia por incitación se reduciría en 10 meses por tiempo ya cumplido, señaló el funcionario, con lo que quedaría en un año y dos meses de prisión. La pena por incumplir restricciones contra el virus no se redujo.
Las condenas fueron recibidas con duras críticas. Yanghee Lee, exenviado especial de derechos humanos de Naciones Unidas a Myanmar, describió las acusaciones y el veredicto de “falsos” y declaró que cualquier juicio celebrado en el país sería injusto, porque la judicatura estaba controlada por el gobierno instalado por el Ejército.
Amnistía Internacional describió el fallo como “un nuevo ejemplo de la determinación del Ejército de eliminar toda la oposición y sofocar las libertades en Myanmar”.