El Cólera y la Divina Pastora
El próximo 14 de enero hará su arribo anual, la Sagrada Imagen de la Divina Pastora que en 1856, fue traída procesionalmente a solicitud del clérigo José Macario Yépez, quien en virtud de la fama de milagrosa de esta advocación mariana, cuyo culto se rendía en la población de Santa Rosa, logró inexplicablemente que cesara la mortífera peste del Cólera Morbus, que estaba diezmando violentamente a la población.
Pero, ¿qué es esta enfermedad y de dónde venía? Pues bien, el cólera es una enfermedad infecto-contagiosa intestinal aguda o crónica, provocada por la bacteria “Vibrio cholerae”, que produce una diarrea secretoria caracterizada por deposiciones acuosas abundantes, pálidas y lechosas. Hermann Garmendia (1955), sobre el particular nos dice: “…Para la hora en que el médico Jesús Fréytez llegó al lecho de la enferma no le quedó duda de lo que presenciaba. Todas las características del mal estaban allí presentes: vómitos, evacuaciones ventrales de materias líquidas y apariencias lechoza con grumos albuminosos; supresión repentina de la orina, hundimiento de los ojos en las cuencas orbitales, frialdad marmórea del cuerpo, coloración violácea de la piel, calambres violentos, pulso débil y respiración trabajosa y acompasada…”
Para ese entonces, según el propio Garmendia: “Dado el atraso de la época, – en materia de profilaxia social – la naturaleza fulminante de la enfermedad infecciosa como la ineficacia de los remedios de una terapéutica primitiva, la terrible onda epidémica, transmitida por las deyecciones de los enfermos, se propagó rápidamente…”
Recordemos, que el Barquisimeto de 1856 no tenía alumbrado, la casi totalidad de sus calles eran de tierra, no había cloacas y existían los pozos sépticos, las matanzas de los animales se hacían frente a los expendios de carnes y allí mismo entre la corriente sanguinolenta que corría por la calle, sobre la acera de lajas y sobre un troncón el carnicero que era en muchas ocasiones el mismo matarife, con una gruesa y pesada chuela, desmembraba el animal sacrificado a vender y consumo del hogar. Por otra parte pululaban por las calles perros gatos por igual que cochinos y gallinas, que no solo se alimentaban de los desperdicios de las matanzas, sino igualmente, de las excretas humanas. De la misma forma, la circunstancia de no haber agua potable por tuberías, agravó la situación, ya que los llamados “aguateros” con sus borricos cargados lado a lado con tonele4s de madera, traían desde el río Turbio el preciado líquido a los hogares, mientras gente humilde, criados y mujeres de servicio en perfecto equilibrio con su rodete sobre la cabeza, llevaban la panzuda tinaja a las pilas pública, donde manaba el agua de aquellos surtidos, para el consumo y los oficios caseros. Las casas menos pomposas, con el piso de tierra, muy barrido y regado todas las mañanas, con escobas de “amargoso”, planta cuya sabia resultaba insecticida para piojos, liendras y garrapatas.
Este era el ambiente fisonómico, del Barquisimeto de 1856 donde el 6 de diciembre de 1855 se había registrado la primera víctima del Cólera. “…Con sus mascarillas que le cubrían parte del rostro, se pudo contemplar la figura de los médicos Jesús Fréytez, Juan Tamayo, Vicente Cabrales, José María Pérez, Jesús María Fernández y Candelario Valera, llevando los pobres recursos de la farmacopea criolla hasta el propio lecho de los enfermos…” refiere Hermann Garmendia en su obra “Cien Años y la Divina Pastora”.
El Cólera, se transmite principalmente por agua no potable y alimentos contaminados con materia fecal humana que contenga la bacteria, de allí, que el ambiente fisonómico de aquel Barquisimeto fuese propicio para la rápida propagación del mortal flagelo. Garmendia (1955) acota que: “…el Padre Macario Yépez (…) tenía noticias de que en algunas poblaciones estaba haciendo estragos la terrible epidemia del Cólera (…) Se sabía que desde el mes de agosto de aquel año (1855), los habitantes de la Provincia de Caracas, Aragua y Carabobo se sacudían entre los estertores de la muerte bajo el terrible bacilicoma del cólera asiático, el terrible “Spirillun Choleroe”, bacteria virulenta que se había introducido por el Oriente del país, procedente de la lejana India, de allá de las cenagosas desembocaduras del río Ganges…”
Las primeras descripciones de la enfermedad se pueden ver en los escritos de Hipócrates (460-377 a. C.), Galeno (129-216) y Wang Shuhe (180-270). En la historia de la India antigua existen escritos que describen la enfermedad en las poblaciones asentadas en la ribera del río Ganges. Sin embargo, no es demostrable que dichas descripciones sean producidas específicamente por el Vibrio cholerae, ni tampoco es claro que se haya presentado en la forma epidémica que actualmente se conoce de la enfermedad.
La primera referencia en la historia documentada occidental de la existencia del cólera en India se encuentra poco después de la llegada de Vasco da Gama a Calicut el año 1498. Fue en el año 1503 cuando se describe una epidemia de cólera asiática en el ejército del soberano de Calicut; y posteriormente en el año 1543 en la población de la ciudad. La primera referencia documentada de un brote de cólera fuera de la India es del año 1629, y ocurrió en Yakarta, en la isla de Java.
Desde esa época hasta 1817, hay sesenta y cuatro reportes de brotes relativamente aislados de cólera, primeramente en la región de Goa, el primer territorio conocido por los europeos en India; y posteriormente en otras localidades de la costa oeste de dicho país, avanzando progresivamente hacia el este y el norte. En la costa de Coromandel se describen epidemias de la enfermedad entre los años 1772 y 1782. En Ganjam el cólera era prevalente en el año 1781. En Uttar Pradesh se desató una epidemia en abril de 1783. Entre 1781 y 1782 la enfermedad se había extendido a Sri Lanka y Birmania. Otros brotes epidémicos en India ocurrieron durante 1787 y 1794 en Arcot y Vellore; en el año 1790 nuevamente en Ganjam; y en el año 1814 en Bengala. Fuera de India, destacan brotes en las islas Mauricio y Reunión en 1775, y en Sri Lanka el año 1804. Tras un período de receso de los brotes, se inicia la primera pandemia de cólera en el año 1817. En 1854 el médico italiano Filippo Pacini describió el bacilo vibrio cholerae, que en el mismo año también fue descrito por el español Joaquín Balcells y Pascual y en 1856 probablemente por los portugueses António Augusto da Costa Simões y José Ferreira de Macedo Pinto. También en 1854, John Snow, médico británico, demostró que el cólera era causado por el consumo de aguas contaminadas con materias fecales, al comprobar que los casos de esta enfermedad se agrupaban en las zonas donde el agua consumida estaba contaminada con heces. En 1884, Robert Koch, desconocedor del trabajo de Filippo Pacini, aisló e identificó la bacteria vibrio que causaba el cólera. Dada su gran preeminencia, el descubrimiento fue ampliamente difundido.
Primera pandemia (1817)
En agosto de 1817 la enfermedad se presentó en Calcuta con una virulencia mayor que la habitualmente descrita, se extendió rápidamente por toda Bengala, luego hacia toda la India, por el noreste, pasando por Vindhya Pradesh, Uttar Pradesh, Delhi, Punyab, alcanzando Surat y Bombay; por el sur, pasando por Hyderabad, Bangalore, Srirangapatna; y por Ganjam y Chennai. El contagio alcanzó la isla de Madura. En diciembre de 1818, la pandemia llegó a Sri Lanka, comenzando en Trincomalee, y luego sumándose los puertos de Jaffna y Colombo en 1819, desde donde la enfermedad se extendió por toda la isla. Bangkok fue alcanzado por la ruta marítima en 1820 y de ahí la devastadora enfermedad, se extendió por toda la región. Ese mismo año llegó a Malaca, Penang y Singapur. Siendo fueron alcanzadas este año las islas de Indonesia, Borneo y Filipinas también. El año 1822, desde Java la enfermedad llegó a Japón. China se vio afectada tempranamente (1817) por la vía terrestre, pero la enfermedad se extendió con gran intensidad después de 1820, cuando entró por los puertos de Cantón, Wenzhou y Ningbo. El norte de China fue afectado en 1821, destacando Pekín, y entre 1822 y 1824 la enfermedad alcanzó los territorios del centro de China. El Oriente Medio y los países del golfo Pérsico fueron afectados desde 1819, apareciendo en la ciudad de Alepo, en Siria; luego, en 1821, entró a Omán por Mascate, y luego a Irak por Basora, afectando también la isla de Baréin. En Bagdad produjo una gran mortandad entre el ejército sirio, que estaba atacando la ciudad en esos momentos. El posterior avance de dicho ejército hacia el norte llevó la enfermedad a Tiflis (en la actual Georgia) y Astracán en Rusia entre los años 1822 y 1823. Llegó a Turquía por la ciudad de Alejandreta en 1823. Finalmente, los lugares más alejados que fueron afectados por esta pandemia, fueron Mauricio a través de su puerto Port Louis, proveniente de Sri Lanka; y la isla de Zanzíbar en Tanzania.
Segunda pandemia (1829)
Comenzó en el año 1829 en Persia, Afganistán, Bujará (Uzbekistán) y Oremburgo (Rusia). Alcanzó luego Rasht (Irán) y Bakú (Azerbaiyán). De allí se dispersó por toda la zona conocida como Oriente Próximo. Las autoridades rusas realizaron grandes esfuerzos, con cordones y cuarentenas, para detener el avance de la epidemia hacia el norte, sin embargo, en el otoño de 1830, el cólera llega a Moscú. En el año 1831, la enfermedad siguió avanzando hacia el norte y el oeste, alcanzando San Petersburgo y Arcángel, y desde ahí a Finlandia; llegó a Polonia por los soldados polacos que se encontraban en ese momento en un levantamiento contra el Imperio ruso, que siguió con una guerra hasta el año 1831. La emigración de soldados polacos hacia el oeste, expandió el contagio al resto de Europa. Por la llegada de soldados enfermos, entró a Galitzia (actual sector de Ucrania) y de ahí a Austria, llegando a Viena en agosto de 1831. En junio de ese año también llegó a Hungría. Pese a los esfuerzos de las autoridades por evitar su llegada a Prusia, la enfermedad ingresó al país desde Riga (de la actual Letonia) por el puerto de Gdansk de donde se extendió rápidamente, afectando Berlín y Hamburgo para el 1832. El Cólera llegó en 1831 a Inglaterra, dado el importante contacto comercial entre los puertos europeos y la isla, en Medway, al suroeste de Londres, a partir de enfermos que estaban en barcos en cuarentena provenientes de Riga. En octubre llegó a Sunderland y luego aparecieron casos en Newcastle, Gateshead, Edimburgo, y en febrero de 1832, en Londres. Luego, siguió extendiéndose por varias ciudades de la isla. Ese año se contabilizaron 14 796 casos de cólera con 5432 muertos. En consecuencia, otros países europeos se fueron sumando a la pandemia: a Irlanda llegó en marzo de 1832 por Dublín; a Francia en marzo de 1832, por Calais y seguidamente en París; a Bélgica en la primavera, a través de las villas aledañas a Francia; a los Países Bajos en junio, por Scheveningen; a Noruega en el otoño, por Drammen, Moss y Oslo; a Portugal, en diciembre, por el Duero y luego, en abril del año siguiente, llega a Lisboa; a España llega en agosto de 1833. Desde el puerto de Ceuta, en España, la enfermedad cruzó hacia el norte de África. En 1834 la enfermedad llega a Suecia. En América, afectó primeramente a Canadá, por el puerto de Quebec en junio de 1832, desde donde se extendió rápidamente por el río San Lorenzo y sus afluentes; en Estados Unidos se presentó el 23 de junio en Nueva York, y el 5 de julio en Filadelfia. Desde allí, circuló por el país pasando por las Montañas Rocosas hasta llegar a la costa Oeste del continente del norte. Se cree que llegó a Perú y Chile en 1832; a México y Cuba llegó en 1833; a Las Guayanas, Nicaragua y Guatemala en 1837. Esta segunda pandemia, presentó decrecimiento en el año 1834 en Europa. Sin embargo, el año 1835, hubo focos de recrudecimiento en Francia (Marsella, Tolón y otras ciudades del sur del país), desde el sur de Francia llegó a Italia, donde se diseminó, llegando en el año 1837 a Malta. En 1836, desde el norte de Italia, la enfermedad pasó a Suiza por el Cantón del Tesino y se extendió por el Tirol. Desde ahí pasó a Baviera (y luego a Múnich en octubre de 1836). En el verano de 1837, la enfermedad volvió a recrudecer en Prusia, Hamburgo y Polonia, siendo los últimos embates de la primera oleada de esta pandemia en Europa. Las tropas francesas en Argelia diseminaron la enfermedad por ese país. Entre 1835 y 1837, se extendió por Egipto, luego hacia el oeste a Libia (por Tripolitania) y Túnez; y por el sur a Sudán y Etiopía. Entre 1836 y 1837 reapareció en Somalia y Zanzíbar. Al este de la India, (país dónde la enfermedad se mantuvo relativamente inactiva), se reportaron brotes en Indonesia y Filipinas hasta el 1830; en Japón reapareció en 1831; en Australia se presentó en 1832; en China, hubo un brote en Cantón en 1835; En Bengala, reapareció en 1837, desde donde se expandió hacia el este, hasta llegar a Afganistán en 1839. En 1840, desde Bengala, se trasladaron tropas hacia China y las Colonias del Estrecho, extendiendo la enfermedad a dichos territorios. Desde Cantón, la enfermedad se trasladó por el río Irawadi a Birmania, llegando a Rangún en 1842; desde China la enfermedad volvió a sus comienzos de la pandemia, extendiéndose por sus rutas comerciales desde Kasgar y Yarkand, a Kokand y Bujará en 1844. Por otro lado, desde Afganistán, dónde la enfermedad alcanzó a Kabul en 1844, se extendió a Pakistán, por Punyab y luego Karachi en 1845. Hacia India, por estar ruta, llegó a Delhi ese mismo año. A Rusia, la enfermedad retornó por Irán, a través de la ruta Mashhad-Teherán-Tabriz-Derbent. En Bengala, el cólera recrudeció entre los años 1845 y 1846, avanzando por la ruta marítima hacia India, Madrás por el este y luego Bombay por el oeste, pasando por Sri Lanka. En mayo de 1846, llegó desde la India a Adén y Moca (en Yemen), y Yeda en Arabia Saudita. Luego se extendió hacia Omán. Desde Arabia, se extendió por toda Persia, y avanzó hacia el norte convirtiéndose en una nueva oleada de la enfermedad hacia Rusia, sumándose al foco que aún se mantenía latente en Derbent, en abril de 1847. La oleada se extendió por las costas del mar Caspio, afectando Astracán, subiendo luego por el río Volga. Hacia el oeste llegó a Tiflis (Georgia), y siguió extendiéndose en esa dirección por las costas del mar Negro; hacia el noroeste, avanzó por el Cáucaso al interior de Rusia. Por la cuenca del río Ural, la enfermedad llegó a Oremburgo, y de ahí se extendió por Siberia hasta llegar a Tobolsk en julio de 1847. En el verano, la enfermedad abarcó prácticamente toda Rusia, alcanzando Moscú en septiembre. Esta última oleada de la pandemia en Europa, culminó con la llegada por el norte a Riga el año 1848, desde donde alcanzó Noruega. De esta forma, en el año 1848, la enfermedad estaba presente en Europa desde Noruega en el norte hasta la península balcánica por el sur; abarcaba Inglaterra, Escocia e Irlanda por el noroeste; y hasta España por el oeste. Ese mismo año, la enfermedad llegó a Estados Unidos. Por otro lado, recrudeció en Anatolia, Siria, Palestina y Persia. Afectaba también el norte de África.
Tercera pandemia (1852)
A diferencia de las dos primeras, no siguió un curso lineal, sino que respondió a la suma de recrudecimientos locales en diversas áreas, sumado a migraciones e importaciones sucesivas. Fue a partir de focos en India en 1852, que recrudeció en Persia y Mesopotamia; paralelamente, una extensa oleada afectaba todo el norte de Europa, América del Norte, México y las Indias orientales. En el año 1854, se mantenía en estas zonas, y avanzaba por Europa, por intermedio de las tropas francesas que participaban en la Guerra de Crimea, a Grecia y Turquía; en América, la enfermedad alcanzaba América del Sur por Colombia. En 1855, sin dejar las zonas afectadas previamente, avanzó desde la India a Siria y Asia Menor por la ruta de Arabia. En África, apareció en Egipto y desde ahí avanzó a Sudán, Marruecos, y, por primera vez, afectó Cabo Verde. En Europa, avanzó a Italia, Austria y Suiza. En América, cesó en Estados Unidos, pero apareció en Venezuela y Brasil. Entre los años 1856 y 1858, la enfermedad retrocedió en Europa, con excepción de focos en España y Portugal (inclusive Madeira). Entre los años 1857 y 1859, la enfermedad, que ya había llegado tempranamente (1852) por Indonesia, recrudeció en China y Japón. En 1858 reapareció en Filipinas y en 1859 apareció en Corea.
Este ha sido, la historia de esta enfermedad y su impacto en el mundo, de lo cual Venezuela no escapó y que se registró por vez primera en Barquisimeto, en diciembre del año 1855 y de ahí en adelante todo el horror que vivió la población local hasta el 14 de enero de 1856, como lo reseña “El Legítimo” periódico del cual era director don Juan Manuel Álamo, quien escribió: “…La concurrencia de esa vez no parecía de personas vivas, sino de ánimas que habían salido de sus tumbas milagrosamente: seres que estuvieron como en capilla, preparados para recibir la muerte y que la Virgen los salvó lanzando el monstruo que diezmaba la población, lejos muy lejos que todavía no ha vuelto ni volverá, porque la ciudad agradecida no cesa de rendirle fervoroso culto y de rogarle se apiade de nuestras desgracias…”
Barquisimeto, domingo 7 de enero de 2024.
Fuentes Consultadas:
Garmendia, H. (1955) Cien Años y la Divina Pastora. Tipografía Dinelli. Barquisimeto Venezuela.
Nectario, M. (1926). Historia de la Divina Pastora de Santa Rosa. Tipografía Casal. Barcelona. España.
Orellana, F. (1995) Reminiscencia de un Culto Arraigado en Barquisimeto. Impresos Orellana. Barquisimeto. Venezuela.
Wikipedia (2023). Cólera. [Artículo en Línea] Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3lera