El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó su profundo pesar por la «devastadora pérdida de vidas» tras el terremoto de magnitud 6,8 que sacudió la región autónoma de Tíbet este martes, dejando hasta el momento más de 120 muertos.
En un comunicado emitido por su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres deseó una pronta recuperación a los heridos y ofreció sus más sinceras condolencias a las familias de las víctimas. Además, reafirmó el compromiso de Naciones Unidas de monitorear la situación de cerca y su disposición para brindar apoyo en caso de ser solicitado.
El seísmo, ocurrido pasadas las 9:00 horas (hora local), tuvo su epicentro a una profundidad de diez kilómetros y ha desencadenado alrededor de cincuenta réplicas, afectando no solo a Tíbet, sino también a Bangladesh, Nepal, Bután e India.
Ante la gravedad de la situación, el presidente de China, Xi Jinping, ha ordenado la activación de «todos los esfuerzos posibles» para llevar a cabo las labores de búsqueda y rescate. En su declaración, Jinping enfatizó la importancia de tratar a los heridos, minimizar las víctimas, prevenir desastres secundarios y reubicar a los afectados por la tragedia.
La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos, mientras las autoridades locales trabajan incansablemente para atender a los afectados y restablecer la normalidad en la región. La magnitud de esta tragedia resalta la vulnerabilidad de las poblaciones ante desastres naturales y la necesidad de una respuesta humanitaria eficaz.
@EuropaPress