De la mano de su talismán André-Pierre Gignac, Tigres hizo historia para el fútbol mexicano inscribiendo por primera vez a un club de ese país en una final del Mundial de Clubes.
El delantero francés anotó un gol de penal al minuto 54 para los campeones de la CONCACAF, y vencieron 1-0 a Palmeiras.
Los mexicanos enfrentarán al equipo ganador del duelo entre el campeón europeo Bayern Munich y el monarca africano Al Ahly de Egipto, en la otra semifinal que se disputará este lunes. Bayern, gran favorito en la competencia, ganó el Mundial de Clubes en 2014.
«Venimos a hacer historia y estamos orgullosos por estar en la final porque fue un partido complicado”, dijo Gignac, el delantero de 35 años que ha sido el máximo referente de Tigres desde que aterrizó en el club de la ciudad norteña de Monterrey en 2015.
La victoria de Tigres fue clara, muy superior sobre un rival brasileño que recién el pasado fin de semana pasada se consagró en la final de la Copa Libertadas tras vencer a su connacional Santos.
El resultado debió ser más holgado para Tigres, pero sus imprecisiones en los últimos metros y las intervenciones del arquero brasileño Weverton lo evitaron.
Tigres ha sido el club más dominante en México durante la última década, con un total de cinco títulos. Venían de eliminar al Ulsan de Corea del Sur, campeones de Asia, en un partido en el que Gignac anotó dos goles, incluyendo un penal.
La asignatura pendiente de Tigres era destacarse en una cita internacional. Previamente habían perdido tres finales de la CONCACAF y también sucumbieron en la final de la Copa Libertadores de 2015, cuando perdió ante River Plate.
E. De Sousa con información de AP