Los residuos plásticos que se encuentran esparcidos por el Ártico llegan a esta región procedentes de todo el mundo, y en gran parte de los países más prósperos e industrializados, según ha demostrado un equipo de científicos a partir de las evidencias recogidas por numerosos turistas.
Investigadores del Instituto Alfred Wegener (AWI), del Centro Helmholtz para la Investigación Marina y Polar alemán, han analizado el origen de esos desechos a partir de un proyecto de «ciencia ciudadana» que involucró a numerosos turistas que llegaron a la zona en cruceros de vela y recolectaron muestras de plástico en el archipiélago de Svalbard.
Esos desechos fueron posteriormente analizados en el Instituto Alfred Wegener, donde los científicos comprobaron que un tercio de los restos que conservaban restos de etiquetas que permitían identificar su origen procedían de países europeos, y en una gran parte de la propia Alemania.
Los resultados de este trabajo, que se han publicado en la revista en la revista Frontiers, han evidenciado que incluso los países más industrializados y prósperos hacen contribuciones muy significativas a la contaminación de los ecosistemas remotos como el Ártico.
“En 2016 comenzamos a trabajar con los ciudadanos para investigar la composición de los desechos plásticos en las costas del Ártico”, ha señalado la investigadora Melanie Bergmann, del AWI, quien ideó este proyecto de ciencia ciudadana junto con la guía turística y escritora Birgit Lutz.
Así pusieron en marcha el proyecto en colaboración con las empresas que ofrecen viajes al Ártico, y los turistas que participaron recolectaron desechos plásticos en las costas el archipiélago noruego entre los años 2016 y 2021.
La mayor parte de los desechos que se encontraron procedían de la pesca, aunque no se pudo identificar su origen, han observado los investigadores, que han precisado que en los casos en los que sí fue posible detectar el origen se comprobó que en gran parte venían de Rusia y de Noruega.
Los científicos han comprobado que la contaminación plástica proviene de fuentes tanto locales como remotas; a nivel local llegan al océano desde los barcos y desde las comunidades del Ártico con sistemas deficientes de gestión de desechos.
En cuanto a las fuentes más remotas, los desechos plásticos y los microplásticos son transportados al Océano Ártico desde el Atlántico, el Mar del Norte y el Pacífico Norte por varios ríos y corrientes oceánicas, y los investigadores encontraron restos provenientes de lugares tan distantes como Brasil, China o Estados Unidos.
Estos desechos plásticos plantean desafíos adicionales para los ecosistemas del Ártico, porque ya están sobrecargados a causa del cambio climático, según los científicos, que han alertado de que el Ártico se está calentando a una tasa cuatro veces mayor que la media mundial.
Los resultados han concluido que incluso los países industrializados prósperos, que se pueden permitir una mejor gestión de los desechos, contribuyen significativamente a la contaminación de ecosistemas remotos como el Ártico, e inciden por ello en la importancia de mejorar la gestión local de residuos, especialmente en los barcos y en la pesca.
Los científicos han subrayado además la importancia de reducir la producción mundial de plástico, especialmente en los países industrializados de Europa, América del Norte y Asia, ya que aproximadamente el 11 por ciento de la producción mundial de plástico llega a las vías fluviales.