Angélica Romero Navas.- Euforia, esperanza, indignación, tristeza y alivio, los sentimientos que los venezolanos conjugaron en los diez días en que Juan Guaidó, reconocido como Presidente (E) de Venezuela por más de medio centenar de países, estuvo fuera del país, con el propósito de concretar una ayuda humanitaria, que -por ahora-continúa en depósitos colombianos.
La historia comenzó con las toneladas de alimentos y medicinas que envió Estados Unidos, para apaciguar una crisis reconocida implícitamente por la administración de Nicolás Maduro. Colombia prestó el apoyo logístico y puso estos artículos de primera necesidad, a 300 metros de distancia del territorio venezolano.
Por otro lado, el multimillonario Richard Branson organizó un concierto con las voces latinas más importantes, para sumar más ayuda humanitaria a Venezuela. La meta: 100 millones de dólares.
22 de febrero
Pese a tener una orden de prohibición de salida del país, emanada por el Tribunal Supremo de Justicia de la administración de Maduro, Juan Guaidó se mostró desafiante y salió de Venezuela, cruzó la frontera por una trocha (camino no autorizado) y llegó a Cúcuta.
En el Puente Tienditas se reunieron 370 mil personas para el evento Venezuela Aid Live quienes por siete horas, soportaron un brillante sol, para ver en el escenario a 32 artistas que aportaron mensajes de reconciliación, paz y libertad para Venezuela.
6:30 de la tarde llegó Guaidó al evento, acompañado del Presidente de Colombia, Iván Duque, el Presidente de Chile, Sebastián Piñera y el Presidente de Paraguay, Marito Abdo. Apenas saludaron desde la parte de debajo de la tarima y se fueron. Guardaron sus energías para lo que acontecería el día después.
En horas de la noche, Nicolás Maduro anunciaba la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia y ordenó cierre indefinido de fronteras. Los venezolanos que cruzaron al otro lado para ir al concierto, por trabajo o para apoyar el ingreso de la ayuda humanitaria, se quedaron atrapados en Colombia, la mayoría, con escasos recursos.
Esa noche fue difícil, más de 20 mil personas durmieron en la calle, a un lado del Puente Tienditas, con frío, en un ambiente de incertidumbre. La primera noche de muchas (13 al día de hoy).
23 de febrero
Amaneció un plan candado activado en la ciudad de Cúcuta, para el resguardo de los cuatro presidentes. La mirada del mundo estaba en el Puente Tienditas, en las 10 gandolas con alimentos que cruzarían hacia Venezuela. Era el primer gran reto de Guiadó.
En sus primeras declaraciones, se mostró convencido: la ayuda pasará sí o sí. Se tomó fotos en el primer camión que salió hacia Ureña (Venezuela) y luego estuvo durante varias horas en una reunión privada con su comité.
La siguiente vez que se le vio fue cuando declaró su indignación por la quema de dos gandolas que lograron cruzar a Venezuela. Dijo que Nicolás Maduro será castigado por crímenes de lesa humanidad.
Esa tarde, durante los enfrentamientos entre civiles en el lado colombiano y civiles armados, en el lado venezolano, hubo 400 heridos, según reportó la Presidencia de Colombia. Entre ellos un niño de 2 años de edad, por dos balas de goma que lo hirieron en el brazo y en tórax.
En Venezuela había lágrimas, desesperanza, incredulidad. Guaidó no pudo cumplir la encomienda.
Y mientras tanto en Colombia era la misma circunstancia, pero desde campamentos provisionalesque se formaron para refugio temporal de venezolanos que no podían volver a su país.
La jornada de este día también estuvo protagonizada por los funcionarios de los cuerpos de seguridad de Maduro, que abandonaron sus cargos y se refugiaron en Colombia. En diez días, suman 300.
24 de febrero – 3 de marzo
A partir de este domingo, lo que sucedió en Cúcuta fue la extensión de un drama que hasta ahora no tiene fecha de culminación.
Venezolanos a la intemperie, familias incompletas, estómagos vacíos, niños con frío, desesperación, heridas que no sanan, anhelos frustrados.
Juan Guaidó viajó a Bogotá para reunirse con el Grupo de Lima, luego hizo una gira por Paraguay, Ecuador, Brasil, Argentina y la compleja situación en la frontera se atascó.
Pasan los días y no llegan respuestas sobre lo que sucederá con ellos. Un numeroso grupo de los “atrapados” retornó a su Patria por trocha, pero hay quienes no pueden hacerlo, por temor a su vida, o a ser detenidos por “traición a la Patria”. No quieren ser refugiados, sólo quieren volver y volver bien.
La noche del 3 de marzo se difundió un audio en el que Guaidó anunciaba su retorno a Venezuela y pedía movilización nacional para su respaldo. A partir de allí todo podría volcarse, se hablaba de su detención y hasta de una intervención militar.
4 de marzo
Volvió a casa. Por Maiquetía, en un vuelo comercial, pasó varios puntos de control migratorio y le estamparon en el pasaporte el sello de entrada al país.
En La Guaira lo esperaban sus seguidores, cantaron con él las notas del Himno Nacional y celebraron que siguiera libre.
Después llegó a Las Mercedes (Caracas) para reencontrarse con quienes temían por su integridad. A ellos les dio una bocanada de alivio.
Con esta jugada les demostró que, en definitiva, tiene poder, y que además tiene un plan, aunque éste sea poco efectivo para muchos, enaltecido por otros y cuyo desenlace, estaría cerca de verse.