El obispo de la Diócesis de Matagalpa de Nicaragua, Rolando Álvarez, retenido desde hace tres días en su curia por las fuerzas de seguridad, dijo este sábado que la acusación policial de incitar al odio lo dejó confinado en condición de “casa por cárcel”
“Formalmente han dicho que tenemos casa por cárcel”, dijo Álvarez, durante una misa transmitida por Facebook desde el interior de la Curia de Matagalpa, al norte de Nicaragua.
El viernes, la policía anunció en un comunicado que abrió una investigación contra la Diócesis de Matagalpa, que preside Álvarez, por intentar “organizar grupos violentos” e incitar “a ejecutar acto de odio” para desestabilizar el país.
La policía dijo que usan “su condición de líderes religiosos”, los “medios de comunicación y redes sociales” para crear “zozobra”.
Están “provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía en la comunidad con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”, dijo la policía.
Este sábado Álvarez reaccionó: “Estoy siendo investigado, bien no sé de qué, pero pues ellos estarán haciendo sus propias conjeturas”.
Recalcó que “el poder de la iglesia nunca se acabará porque es un poder eterno”, mientras que “los poderes temporales, los poderes de este mundo, siempre pasan”.
Álvarez, de 55 años, es un crítico del gobierno de Daniel Ortega y miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Con información de El Observador