Como cada año, este 6 de agosto, miles de devotos del Santo Cristo de La Grita participaron con cantos, oración y alabanzas en la festividad mariana para depositar en El, sus necesidades y preocupaciones y también para agradecer favores concedidos.
La devoción al Santo Cristo de La Grita es una manifestación religiosa que se celebra en la población andina de La Grita, capital del municipio Jauregui en el estado Táchira, desde el año 1610, cuando un terremoto destruyó la población de La Grita.
En esta oportunidad, se conmemoran los 413 años, del protector de Venezuela. Algunos feligreses caminaron cortos trayectos, otros en bicicleta o simplemente en sus vehículos, reseña La Nación.
Desde finales de julio comienzan a llegar devotos a la ciudad del Espíritu Santo, pero la afluencia aumenta entre el 4 y el 6 de agosto, reseña La Nación.
El Santuario Diocesano, también conocido como la segunda casa del Santo Cristo, se convirtió en el epicentro de esta entidad andina. A medida que se acercaba el cumpleaños del Protector de La Grita, sus instalaciones fueron ocupadas en su totalidad.
Con la mayor reverencia, los devotos elevaron plegarias el Cristo del Rostro Sereno, además de las peticiones personales de índole espiritual, laboral, familiar… la gran mayoría rogó por Venezuela y por los migrantes, que han dejado el país en búsqueda de mejores oportunidades.
César Quintero se movilizó en bicicleta, junto a otros amigos, desde Socopó, estado Barinas, al Santuario Diocesano. Les tomó tres días en llegar. Es la primera vez que visita este lugar.
“Al llegar, lo primero que vamos a pedir es que se arregle la situación del país, porque estamos pasando momentos difíciles. También salud para todos.
Luis García vive en el municipio José María Vargas y junto a su familia instalan un punto de atención al peregrino para regalar agua y cambures a fin de contribuir con la hidratación de las personas que pasan caminando.
Dijo que esta acción la realizan como una muestra de gratitud al Cristo por lo favores recibidos.
José Ramón Márquez desde hace 30 años camina, junto a otros vecinos, desde otro municipio del Táchira, hasta la imagen del Cristo del Rostro Sereno como una manera de expresar los favores que reciben del protector.
“Pedimos por la recuperación de nuestro país, para que salgamos de la fuerte crisis que tenemos en todos los aspectos: económico, social y político que nos ha afectado a todos los venezolanos”, dijo Márquez y agregó que como católico tiene la convicción de que el Cristo puede ayudar.
Deisy Colmenares desde hace cinco años se sumó a la peregrinación al Santo Cristo de La Grita en gratitud a lo que considera un milagro cumplido. Contó que una de sus piernas iba a ser amputada, pero le pidió con fe y devoción al Santo Cristo y la sanó.
Este año su ruego es por sus hermanos que están fuera del país y demás migrantes que se han marchado en busca de mejores condiciones de vida. También le pide para que la situación de Venezuela mejore.
Roger Sánchez forma parte de una de las familias del sector Santa Ana del Valle, municipio Jáuregui, que ofrecen apoyo a los peregrinos que recorren las carreteras del Táchira para visitar al Santo Cristo de La Grita.
Desde hace ocho años ofrecen una rica tizana que ya es famosa por la calidad y delicioso sabor.
Solidaridad
La solidaridad de la gente de La Grita, capital del municipio Jáuregui, y de otras jurisdicciones vecinas se evidenció en las atenciones brindadas a los peregrinos. Agua, café, tizana, frutas, agua de panela y sopa repartieron en las distintas rutas hasta el templo sagrado donde se encontraba el Cristo de los milagros acompañado por la Virgen de La Roca, imagen que fue trasladada en peregrinación el sábado, 5 de agosto, desde Pregonero, municipio Uribante.
Destaca, de manera particular, el esfuerzo que hacen los integrantes de la Fundación Posaderos de Los Peregrinos, quienes gracias a las donaciones de productores, ferieros y otras personas del pueblo les ofrecieron un delicioso plato de sopa con su respectiva bebida. Se sirvieron aproximadamente los 7.500 platos servidos.
Fuente: Datos La Nación