Los tratamientos para bajar la tensión arterial alta o hipertensión pueden complementarse con infusiones naturales. Es decir, resulta posible añadir a la dieta algunos preparados herbales en forma de tés para contribuir al control de las cifras tensionales.
Esto, por supuesto, tiene sentido en el marco de la realización y el seguimiento de las prescripciones médicas. Las infusiones naturales para bajar la tensión alta no funcionan por sí solas. Es posible que coadyuven el efecto de los fármacos y las modificaciones en el estilo de vida que se suelen indicar a los pacientes hipertensos.
Recuerda que esto es solo una guía general y conviene que consultes con un profesional de la salud para aclarar las dudas que puedan surgir sobre su consumo, ya estas infusiones vienen a complementar las medidas higiénico-dietéticas y los fármacos.
1. Apio
El apio es uno de los vegetales tradicionales en el abordaje de la hipertensión arterial con infusiones naturales. Es un ingrediente que tiene fitoquímicos y sustancias antiinflamatorias. Se especula con un cierto poder diurético también, lo que permitiría descargar el exceso de líquidos que elevaría la presión arterial en algunos pacientes.
Según estudios científicos, la leche fermentada con extracto de apio sería capaz de reducir las cifras tensionales en personas mayores de 50 años con cuadros moderados de hipertensión. Los resultados finales tras 15 días de uso del preparado fueron similares a los que se obtuvieron con un medicamento como el losartán.
Una opción para preparar la infusión con apio sería colocar 20 gramos de apio en agua en ebullición. Tras 15 minutos de reposo, se cuela y se toma.
2. Orégano
El orégano es estudiado desde hace tiempo por su potencial para la industria farmacológica. Se hipotetiza con la posibilidad de que forme parte de medicamentos que ayuden a controlar el síndrome metabólico, la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial.
También resulta interesante que pueda ser un condimento para reducir el consumo de sal. Esto es algo con lo que los pacientes hipertensos tienen dificultades, ya que si están acostumbrados al sabor salado son reticentes a quitar el ingrediente de sus mesas. El orégano podría condimentar y generar un sabor que desplace al del cloruro de sodio.
Por otro lado, el orégano y sus compuestos moleculares han demostrado mejorar el perfil lipídico. En estudios controlados, reduce el colesterol malo o LDL y aumenta la concentración del colesterol HDL o bueno. Esto contribuye a la protección cardiovascular. Se puede preparar una infusión natural con orégano para bajar la tensión arterial si se coloca una cucharadita de la sustancia en agua hirviendo. Tras 15 minutos de reposo está lista para ingerir
3. Diente de león
La planta Taraxacum officinale W. se considera diurética. Por eso el diente de león se asocia a la posibilidad de reducir la presión arterial alta, ya que eliminaría los líquidos que pudiesen sobrecargar al sistema cardiovascular. Casi del mismo modo que lo harían algunos fármacos.
Si bien también se considera que el diente de león es útil para forzar la eliminación de los cálculos biliares, debería emplearse con cuidado en pacientes que, además de ser hipertensos, padezcan colelitiasis. Su efecto de estimulación de los movimientos de la vesícula biliar podrían generar un cólico severo si hay una obstrucción al trayecto de la bilis. Así lo aclara una publicación en la revista Medicina Naturista.
El uso habitual en té se prepara agregando una cucharada de diente de león en agua hirviendo. Luego se continúa con la ebullición 3 minutos más y se cuela para beber.
4. Olivo
El uso del olivo se puede vincular a una mejor salud cardiovascular en casi cualquier sentido. Debemos recordar que sus derivados son parte de la dieta mediterránea.
Esta pauta de alimentación ha sido estudiada como una forma de reducir los eventos cardíacos y los factores de riesgo que ponen en peligro el funcionamiento del corazón y de las arterias. De todas maneras, no queda claro si está en la combinación de los ingredientes mediterráneos o en alguno en particular el beneficio observado.
Las hojas de olivo son ricas en polifenoles. Estas sustancias tienen un efecto metabólico que no se limita a la hipertensión arterial. También resultan provechosas para el control de la obesidad y para ayudar a prevenir el síndrome metabólico.
Una infusión con las hojas de olivo se prepara con una cucharada de hojas secas de la planta que se colocan en agua hirviendo. Tras dejar reposar el líquido, se cuela y se puede tomar. Muchos acostumbran a ingerirlo tras las comidas.
Con información de Mejor con Salud
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