La guerra por la herencia del “Astro del fútbol argentino”, que ya se abrió desde hace algunos días con dos presentaciones en la capital del país sureño y en San Isidro, viene desde hace años. Corría 2012 y Diego Maradona intentaba bloquear cualquier intento de otros hijos -concretamente, Diego Junior, nacido de la relación que tuvo con Cristiana Sinagra, ya que Jana apareció después de esta determinación y Verónica Ojeda estaba embarazada de Diego Fernando- de disputarle el lugar de privilegio a Dalma Nerea y Gianinna Dinorah, fruto del matrimonio con Claudia Rosana Villafañe.
Entonces, para blindar su patrimonio en la medida de lo posible, decidió dictar un testamento en el cual declaraba como herederas solo a ellas, destinando el porcentaje máximo legalmente permitido, por encima de los otros hijos extramatrimoniales que aparecieran.
Pero como el devenir de amores y odios fueron una constante en la vida de Diego Armando Maradona, en 2016 se hartó de que tanto Dalma como Gianinna respaldaran a Claudia, su madre, en medio de una feroz disputa judicial con Villafañe, su exesposa, que en ese momento había sido sobreseída en la causa por retención de 458 objetos personales (camisetas, pelotas, botines, trofeos).
Esta historia se mantendrá por un buen tiempo y es incierto el destino de su herencia y quienes saldrán favorecidos por la misma.
Julio Urdaneta vía GDA
Foto: 20Minutos