El Mundial de rugby programado para 2023 a disputarse en Francia del 8 de septiembre al 28 de octubre, pretende “reducir el impacto sobre el medio ambiente” aplicando “una gestión responsable de los residuos”, aseguró Claude Atcher, director general del comité organizador.
Desde esa óptica, las medallas que serán entregadas a las tres mejores selecciones de la competición estarán compuestas por materiales reciclados “a partir de teléfonos celulares y otros productos electrónicos” recogidos de los clubes, ligas y comités de rugby en el país galo.
“Luego de un proceso de selección minucioso, los aparatos reciclables serán enviados a un centro especializado para la extracción de metales preciosos que serán después fundidos”, añadió el comité de organización.
El campeón del mundo, el finalista, y el tercero, recibirán así medallas con materiales reciclados.
El Mundial-2023, que arrancará con un partido de gala entre los All Blacks y el XV de Francia, pretende ser “una Copa del Mundo de rugby con un impacto positivo”, y en varias disciplinas deportivas ya se asoman proyectos que buscan imitar este ejemplo.
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