Un ciudadano se acercó hasta nuestras oficinas de redacción con el objeto de denunciar públicamente lo que calificó como “un secuestro” de su señor padre, ya en edad senil, por parte de uno de sus hermanos –del denunciante–, también hijo del mismo padre “secuestrado”.
El referido denunciante se identificó como Milkos Remigio Loreto González, natural de Caracas, pero –dijo— ya con 13 años de residencia en Cabudare, incluso casado con una cabudareña.
Identificó nuestro interlocutor a su padre como Remigio Antonio Loreto, de 89 años de edad, “quien incluso ya está un poco senil”.
Explicó que, por razones familiares diversas, su señor padre habita en un pequeño apartamento ubicado en la avenida Ávila, edificio Izarra, piso N° 1, signado con el N° 9, en el sector San Bernardino de la capital de la república.
Puntualizó el visitante que, un buen día, uno de sus hermanos –de ocho que son, dijo, entre hembras y varones—decidió “meterse” en el referido apartamento junto con su papá, y allí se quedó, “aparentemente con la intención de ver cómo se apropia de dicho apartamento, pese a que no es de mi papá”.
–No obstante, más que eso, lo que quiero denunciar es que yo deseo traerme a mi papá para mi casa en Cabudare, pero ese hermano no me deja ni siquiera entrar.
–Es más, he ido llevarle algunas cajas con alimentos a mi papá, y él, aún así, no me ha permitido ni siquiera verlo.
–Ahora bien, el objeto de mi denuncia es el de que, aun cuando ese hecho está ocurriendo es en Caracas, hago un llamado al ciudadano gobernador del Estado Lara, a objeto de que interponga sus buenos oficios ante las autoridades de la capital de la república a las que les competa el caso, y pueda yo traerme a mi padre para Cabudare.
–Y, si este llamado tuviese eco en el ciudadano gobernador, o en cualquier otra autoridad competente, doy a conocer el número de mi teléfono celular, el (0414) 5741665, para que se comuniquen conmigo y, de común acuerdo, logremos el cometido familiar que me propongo con mi señor padre.
Reinaldo Gómez