El estelar mariscal de campo, Tom Brady continua haciendo historia obtener su séptimo campeonato. Lanzó un par de pases de touchdown a su viejo amigo Rob Gronkowski y otro a su camarada Antonio Brown, y los Buccaneers de Tampa Bay vencieran cómodamente 31-9 a Patrick Mahomes y los Chiefs de Kansas City en su propia casa en el Super Bowl 55.
El mejor quaterback de todos los tiempos extendió su récord de conquistas del Super Bowl. Ahora son siete coronas en 10 intentos, el primero ajeno a la tutela del entrenador de los Patriots Bill Belichick.
Vigente más que nunca a sus 43 años, Brady eclipsó su récord del jugador más longevo que se consagra campeón del Super Bowl. También emuló a Peyton Manning como los únicos mariscales de campo que se han proclamado campeones de la NFL con múltiples franquicias.
“No me pondrá a hacer comparaciones», dijo Brady. “Poder disfrutar esto con este grupo de jugadores es increíble”.
Lo llamativo es que fue la más fácil de todas sus consagraciones previas en el Super Bowl, que tenían un margen promedio de cinco puntos. Mahomes perdió por doble dígitos por primera vez en su carrera de cuatro años.
Los Buccaneers (15-5) conquistaron su segundo título, el primero fue hace 18 años, también fue el primer equipo que disputa la cita máxima del fútbol americano en su feudo.
Como equipo de wildcard, los Bucs hilvanaron tres victorias fuera de casa para alcanzar el Super Bowl. Emularon al Lightning, el equipo de hockey sobre hielo de Tampa Bay que se proclamó campeón en la temporada de 2020. Los Rays también alcanzaron la Serie Mundial de béisbol, pero perdieron ante los Dodgers.
“Estoy muy orgulloso de todos», dijo Brady. “Tuvimos un noviembre muy complicado, pero entramos en sintonía en el momento justo. Sabíamos que esto iba a pasar. Ha sido nuestro mejor partido de la temporada”.
El triunfo de Tampa impidió a Mahomes y los Chiefs (16-3) poder convertirse en el primer equipo que repite como campeón desde los Patriots de Brady en 2003-04.
La NFL completó su temporada de 269 juegos en la fecha prevista y sin cancelaciones, algo notable que requirió de 1 millón de pruebas de COVID-19 para los jugadores y personal de los equipos.
A causa del virus, apenas se permitió que 25.000 espectadores, quienes obligatoriamente debieron utilizar mascarillas y seguir los lineamientos sanitarios para ingresar al estadio, entre ellos 7.500 empleados de la salud vacunados y que recibieron boletos gratis por parte de la NFL. Se colocaron 30.000 en las restantes butacas para hacer ver lleno el recinto.
DS con información de AP
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