Para el politólogo y analista John Magdaleno, la oposición debe pasar “por un periodo de maduración en el que primero se recomponga una coalición nacional de partidos”.
Aunque asegura que no puede leer el futuro (risas), sí marcó un horizonte temporal: 2024, “porque la agenda política va a estar prefigurada por la preparación de las fuerzas en conflicto de cara a la elección presidencial del año 2024”.
Y remarca que, en el camino a 2024 “no hay ningún dispositivo temporal para intentar un cambio político antes, y tampoco percibo a las fuerzas en competencia, tampoco percibo a la oposición lista para promover ese cambio político”.
Entre los puntos, destaca que la recomposición de la coalición opositora. En ese sentido, explica que la oposición debe pasar “por un periodo de maduración en el que primero se recomponga una coalición nacional de partidos, después de los conflictos que experimentaron de cara a la elección del 21 de noviembre”.
“Esto habla del muy mal desempeño de la coalición opositora tradicional y oficialmente reconocida, y esto demanda una recomposición de la coalición opositora”. Por eso, el primer desafío de la oposición hasta 2024 “es recomponer una plataforma nacional que agrupe a partidos de oposición, y eso toma tiempo” y pasa “por un proceso de relegitimación de autoridades dentro de los propios partidos de oposición, que es una demanda insatisfecha” desde hace años.
Como segundo punto dice que la presión interna. “En Venezuela se requiere estructurar una potente fuente de presión interna”, enfatiza. Lo que se ha hecho en años recientes “es incrementar la presión externa”.
Con relación a la ¿Intervención extranjera? John Magdaleno explica que ha estudiado 102 de las 120 transiciones exitosas que se han registrado en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. “Solo 19 casos de 102 fueron transiciones estimuladas por intervenciones militares extranjeras, y 11 corresponden a la Segunda Guerra Mundial”, en cinco hubo un conflicto armado previo y los otros tres son los procesos de Granada, Panamá y Timor Oriental. En consecuencia “esperar que se produzca en Venezuela la intervención de una fuerza multinacional es apostar por el camino menos probable de las modalidades de transición a la democracia en el mundo”.
Para “elevar la probabilidad de una transición a la democracia en 2024”, explica, se necesita una creciente articulación de los partidos y “una creciente articulación social”. Dice imaginar “un cuadro de movilización social y política persistente hasta llegar a la elección, y en el camino habrá unos cuantos imponderables que usted debería prever”.
Fuente: Contrapunto