Las reservas de oro del Banco Central de Venezuela (BCV) disminuyeron 10 toneladas en 2022, lo que representa una caída de 13%, según los estados financieros publicados por el ente el pasado 3 de febrero.
La cantidad de lingotes de oro en las bóvedas del BCV, en la ciudad de Caracas, llegó 69 toneladas a fines de diciembre de 2022, un cifra que ubica a las reservas venezolanas en su mínimo de los últimos 50 años.
El valor total del oro que salió del banco fue de alrededor de 650 millones de dólares, dejando al banco central con unos 3,91 mil millones de dólares en reservas de oro, según la agencia Reuters.
Mientras que el precio promedio del oro, según estimaciones bancarias, fue de 1.775,02 dólares por onza troy en 2022, frente a 1.799,48 dólares por onza troy en 2021.
Durante décadas, el BCV retuvo más de 300 toneladas de oro, pero esa cantidad se redujo rápidamente cuando el gobierno de Nicolás Maduro comenzó a usar el metal como garantía para préstamos con bancos internacionales entre 2015 y 2017.
Eso, sumado a una caída en la producción de petróleo y el impacto de las sanciones estadounidenses, ha llevado al gobierno de Maduro a utilizar el oro como fuente de financiación.
En 2022, el BCV inyectó dólares en el mercado cambiario de Venezuela para anclar el tipo de cambio, junto con medidas para limitar el crédito y el gasto público, como parte de un plan para controlar la inflación.
La estrategia funcionó durante la mayor parte del año pasado, pero ha comenzado a resquebrajarse, lo que pone a Venezuela en riesgo de volver a la hiperinflación.