La Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado de China (Ejecutivo) declaró hoy que «Taiwán nunca ha sido y nunca será un país» y que «alentar el separatismo va en contra de las tendencias históricas».
La portavoz Zhu Fengliang señaló que la búsqueda de la independencia de Taiwán «es contraria a la voluntad de todo el pueblo chino» y «daña los intereses de todos los compatriotas a ambos lados del Estrecho de Taiwán», recogió la Oficina en su medio de comunicación oficial.
El mes pasado, el nuevo líder del gobernante en la isla Partido Democrático Progresista, Lai Ching-te, indicó que Taiwán «ya es un país soberano e independiente» y que, bajo su liderazgo, el territorio «mantendrá su actual ‘statu quo’».
La actual presidenta isleña, Tsai Ing-wen, había presentado el pasado noviembre su dimisión como presidenta del partido, poco después de un mal resultado cosechado en unos comicios locales.
En las citadas elecciones, arrasó el Kuomintang (KMT), el principal partido de la oposición taiwanesa, cuyo vicepresidente, Andrew Hsia, visitará Pekín esta semana.
El partido, que niega ser pro-Pekín, ha sido partidario en los últimos años de estrechar lazos con China y defiende la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación.
Taiwán se gobierna de forma autónoma bajo el nombre oficial de República de China desde 1949, cuando los nacionalistas del KMT se replegaron allí tras perder la guerra civil china contra los comunistas, por lo que Pekín sigue considerándola una provincia rebelde y reclama su soberanía.
Las tensiones entre Taipéi y Pekín, constantes desde la llegada al poder del PDP en 2016, se recrudecieron el pasado verano a cuenta de la visita de la entonces presidenta del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, fuertemente protestada por las autoridades chinas, quienes la calificaron de «farsa» y «traición deplorable».