“En el pocotiempo que llevamos de operativo, la colectividad barquisimetana ha respondido con mucha amplitud y con mucha generosidad, y hasta con comprensión, al llamado que tanto el Honim como el Pequeño Cotolengole estamos haciendo en el día de hoy”.
La anterior aseveración provino del padre Teófilo (“Teo”) Calvo, director del instituto de ayuda mencionado en segundo lugar, mientras se desarrollaba el denominado “Gran Potazo de la Caridad” para ambos centros de atención y solidaridad de Barquisimeto.
Dicha actividad se ha estado desarrollado durante todo el día en varios puntos estratégicos de la capital larense.
Ante una pregunta, recodó el padre Calvo “los enormes gastos operativos” que afrontan ambos planteles humanitarios.
¿Y la ayuda oficial…?
-Bueno, sencillamente brilla por su ausencia desde el año 2.009.
Ante otra pregunta, dijo que, en el Honim (Hogar de Niños Impedidos), son atendidas 45 personas, v arones y hembras, con alguna discapacidad, algunas muy severas, mientras que, en el Cotolengo, son atendidas unas 67 personas, igualmente hembras y varones, también con problemas de desatención social.
Añadió que, de paso, aparte de todo ello, hay que hacer frente a gastos de alguna consideración en cuanto a personal y a mantenimiento de equipos, así como a los generados por el agua, la luz, el gas y otros servicios.
También refirió que, en el operativo del “Gran Potazo”, están incorporados alrededor de 400 personas, “jóvenes mayormente”, todos elloslaborando de manera voluntaria.
-Por supuesto –dijo finalmente-, quiero agradecer públicamente la gran generosidad del pueblo larense ante este llamado humanitario y de solidaridad con el prójimo.
Reinaldo Gómez