“Señor, ayudadme a decir la verdad delante de los fuertes y…
a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.”
Mahatma Gandhi
Cada vez crece más mi admiración por el “Alma más Grande de la India…”
Se atribuye a Joseph Goebbels, jefe de campaña de Adolf Hitler, reconocido por su trascendencia en el proceso de ascenso de Hitler al poder y por el impacto de sus estrategias mediáticas en la creación de la identidad anti-semita, la frase que expresa:
“UNA MENTIRA REPETIDA MIL VECES SE CONVIERTE EN UNA VERDAD.”
Para Goebbels, al igual que para los adeptos a la filosofía maquiavélica (es decir, referente a la obra de Nicolás Maquiavelo), el acto de mentir debe ser analizado y evaluado más allá del prisma de la moralidad para extraer de él una utilidad innegable: La de influir en la sociedad.
Decía Goebbels: “El político o la figura pública debía estar preparada para adecuar, deformar, o incluso crear conscientemente versiones distorsionadas de los hechos y transmitirlos posteriormente a una audiencia que, si bien podía resistirse a su aceptación, terminaba cediendo, con la aceptación de la mentira.”
El terreno político es sin duda un ámbito donde la sociedad puede ver reflejada de manera franca y común el ejercicio de la deshonestidad, pero también lo es el mundo de los escándalos financieros, los fraudes, las pirámides, los dopajes deportivos, la corrupción, e incluso en la cotidianidad del individuo que descubre el engaño impensable de alguien cercano.
La mentira, el fraude y la corrupción son sin duda un flagelo emocional para quien se ve afectado por ello.
¿Cómo se desenvuelve el proceso de escalada mediante el cual una persona pasa de emitir “pequeñas mentiras” a convertirse un perverso y vulgar evasor de impuesto, estafador o embaucador de multitudes?
“LA PRIMERA VEZ QUE HACES TRAMPAS, TE SIENTES MAL POR ELLO, PERO ESO ES BUENO, FRENA TU DESHONESTIDAD. LA PRÓXIMA VEZ QUE HAGAS TRAMPAS, YA TE HAS ADAPTADO. HAY MENOS DE UNA REACCIÓN NEGATIVA PARA DETENERTE Y PUEDES MENTIR MÁS”
Esto sugiere que un mecanismo biológico (la adaptación) podría apoyar la deshonestidad.
Fuente:psyciencia.com
No sé hasta qué punto es más dañina, o peor, la incertidumbre, la duda o la mentira.
Pareciera que estamos viviendo en un mundo de los llamados bizarros, es decir, al revés.
De todas las regiones del país donde se cultivan cafetales, en esta última cosecha que comenzó el 15 de septiembre de 2021 y terminó a finales de febrero de 2022, recibí llamados de auxilio, peticiones de ayuda, de las humildes familias productoras de café, la “semilla cambió al mundo” (como la denominó Mark Pendergrast), ante la grave situación que enfrentan como resultado del abandono en situación prehistórica; viviendo en ranchos insalubres, con paredes de bahareque, piso de tierra, sin electricidad y sin letrinas; consecuencia de los precios viles impuestos por un lapso mayor a los de veinte años, y que les ha ocasionado: hambre, desnutrición, parasitosis, enfermedades endémicas, lumbalgias, accidentes cardiovasculares y cerebro vasculares, y hasta suicidios ingiriendo herbicidas o por ahorcamientos al no poder honrar sus deudas, como ha sido denunciado en partes médicos. Así como también el éxodo implacable que ha diezmado a las familias caficultoras cuyos integrantes han emigrado, en un principio, a pueblos y ciudades, donde muchos de ellos, se integraban a las drogas, a la delincuencia, las mujeres a ser empleadas domésticas o a la prostitución, para luego formar parte de la diáspora que destruye al capital humano del país.
La migración de la mano de obra de las zonas cafeteras, ha ocasionado un daño incalculable en el cultivo y producción de café, ya que, la caficultura nacional hasta ahora, ha sido imposible de mecanizar por las pendientes pronunciadas donde se realiza su siembra y esto ha estado acompañado por la falta o ausencia de fertilizantes, agroquímicos para el control de plagas y enfermedades y, especialmente, en esta última cosecha por la ausencia de los combustibles necesarios para realizar la fase que denominamos “Beneficio del Café (despulpado, secado, y trillado),” lo que hizo que buena parte de ese café se secara con leña y los mismos caficultores advirtieron que ese café no era apto para consumo humano.
Supongo que todo esto hace permisible la duda referente a algunas cifras publicadas sobre la producción nacional y estatal. Mientras algunos funcionarios otorgan al estado Lara la producción de 500.000 quintales/año, otros le otorgan 844.074 quintales. Y pregunto:
¿Dónde están almacenados los 3.841.498 quintales producidos en el país?
¿Quién parará el desastre en los servicios de electricidad, agua potable e internet?