El máximo tribunal de Brasil informó este pasado jueves que la prisión de una persona condenada solamente en segunda instancia, tal como el ex presidente brasileño, es inconstitucional. Dándole libertad a Luiz Inácio Lula da Silva y a miles de presos con apelaciones pendientes, con un impredecible impacto político.
La nueva decisión señala que la prisión solo podrá ordenarse cuando se complete el tránsito en juzgado y se hayan agotado todos los recursos posibles, con lo que la culpabilidad estará plenamente determinada.
En el caso de Lula, el más célebre de los cerca de 5.000 presos brasileños que serían beneficiados, comenzó a cumplir en abril de 2018 una pena de ocho años y diez meses por corrupción tras ser condenado en segunda instancia.
La sentencia fue confirmada luego en una tercera instancia. Pero aún le resta una apelación que ya ha presentado ante el Supremo y que todavía no se ha pronunciado.
El salir de la cárcel no significa el fin de los problemas judiciales de Lula, pues tiene pendientes otras causas por presunta corrupción. Aunque aún si fuera declarado culpable, la pena sólo se ejecutaría cuando acabe el proceso de apelaciones.
También ya acumula otra condena de doce años por otro caso, pero hasta ahora se encuentra dictada solamente en primera instancia.
Francismar Loyo (@francismarloyo99)
Tomado de El Nacional