Es verdad aquello que dicen acerca de que “los amigos son la familia que se escoge” porque uno comparte con los amigos (los verdaderos) la vida, las alegrías y las tristezas. Los amigos terminan formando parte de nuestro mundo, de nuestro pasado y presente.
Pensar en Oswaldo Cisneros es pensar en tantos éxitos, en tanto trabajo, que no hay manera de hacer una lista justa de lo que en materia de innovación, emprendimiento y responsabilidad social hizo, tanto en nuestro país como en la región.
Seguramente Pepsi Cola, Produvisa, Digitel y muchas otras marcas vienen a la mente de la mayoría de las personas, al saber de su partida.
A mi mente viene el buen amigo que fue, la solidaridad que signó nuestra amistad, el abrazo fraternal que tantas veces pudimos compartir Carlos, mis hijos y yo con él.
Las felicidades y también infortunios que transitamos juntos. Especialmente cuando Andrés, mi hijo, partió, Oswaldo siempre estuvo allí, acompañándonos y consolándonos, de la forma como solo un gran amigo puede estar.
Se fue un amigo, se fue Oswaldo Cisneros, pero como sabemos que solo mueren los que son olvidados, estamos seguros de que nuestro amigo siempre vivirá entre nosotros.