La estación central Simón Bolívar de Transbarca luce descuidada, se deterioran ante la indiferencia gubernamental. Desde su inauguración no se le hace mantenimiento, afirma Julián Escalona, asiduo usuario del servicio.
En las noches, la estación está prácticamente oscura. De unas 35 lámparas si acaso funcionan unas 10. El techo está “full” de filtraciones. De hecho, Algunas láminas del techo fueron retiradas.
Hace poco, desmalezaron porque el monto alcanzó casi medio metro. La jardinería está descuidada, aunque los usuarios no colaboran, pisan las matas, no tienen conciencia de nada, relata.

A eso se suma la suciedad del piso y áreas baja de las paredes. “La gente come chimó y escupe las paredes y el pisos, incluso se orinan. El que haga eso lo tienen que multar y obligarlo a que limpie».
En cuanto a la infraestructura externa, hace algunos meses rehabilitaron algunas paradas, entre las cuales la ubicada cerca del centro comercial Metrópolis.
“Esa parada fue restaurada en su totalidad, pues durante las guarimbas de 2017 fue destruida, por esos vándalos”, reprochó Escalona.
Arturo Escalona, dijo que vive en Prados, al oeste de Barquisimeto, y es usuario desde que Transbarca empezó a prestar servicio. Al principio era muy buen, pero ha desmejorado, uno tiene que esperar dos hora y más…

Sin embargo, a su juicio, sigue siendo mejor que el servicio privado, en el sentido de que hay más respeto. El problema es que hay menos autobuses circulando.
Recuerdo que cuando empezó a funcionar Transbarca en 2013, en ese momento, el ministro de Transporte Terrestre, Haiman El Troudi dijo que se Transbarca inicia operaciones con 130 autobuses. “Hoy día, un cementerio de autobuses”.

Recientemente, este año, la gobernadora, para la fecha, Carmen Meléndez, incorporó 20 busetas a la flota, pero al poco tiempo dejaron de circular “los troles o articulados», como también los llaman, expresó.
El INFORMADOR VENEZUELA intentó contactar telefónicamente al presidente de Transbarca, Miguel Gallegos pero fue infructuoso.
@auritarosacastillo
Fotos: ARCG