Los gatos son amigos que nunca fallan, pero además tienen dos características que encantan a sus dueños: no hay que sacarlos a la calle y son muy limpios al hacer sus necesidades en el arenero.
Sin embargo, puede ocurrir que tu mascota haga pis o caca fuera del arenero y lo primero a tener en cuenta es que un gato no rompe esa rutina de manea intencional.
Sino que siempre hay una razón, que puede ser médica o por algún cambio que no le haya gustado o haya desorientado a la mascota. Uno de los más comunes es que el arenero esté demasiado sucio y, por tanto, no se sienta cómodo defecando, por tanto, busca otro lugar.
La arena se debe cambiar una vez diariamente si sólo es un gato y más veces si son más animales. Si se han acostumbrado mucho a un arenero y se les cambia también puede influir. Este debe ser de suficiente capacidad para que se mueva sin problemas
También es importante que, si se ha amoldado a un tipo de arena, no cambiarla. Las mejores son las aglomerantes por su poder de absorción y, en general, no reciben demasiado bien las perfumadas o las de sílice. Tampoco debes cambiarle de lugar la caja, porque puede verse descolocado.
Por otra parte, los cambios profundos en el hogar pueden también propiciar este comportamiento. No les gusta la sensación de estar encerrados en un pequeño espacio si les cerramos puertas a menudo.
Igualmente, que haya invitados o nuevos inquilinos en la casa… Todo influye.
Razones médicas
También cuentan los motivos médicos. Si ha tenido padecido estreñimiento o cistitis puede asociar la caja a algo malo y crearle un pequeño trauma. De hecho, que haga sus necesidades fuera del arenero es una de las maneras más eficaces de dar a entender que algo le sucede, que puede ser un problema de salud.
Puede sufrir de ansiedad, alguna enfermedad o, incluso, que simplemente quiera marcar territorio si no está castrado.