El Baile de Gala de los 400 años de El Tocuyo
En un ensayo en línea titulado “La Apoteosis de los 400 Años de Fundación de El Tocuyo, la “Ciudad Madre” de Venezuela (1945)” de la autoría del licenciado Francisco Camacho (2016), a quien conocimos cuando cumplió una etapa de su vida laboral en el diario El Informador, nos encontramos con unos pasajes que hemos extraído del mismo, como preámbulo de la crónica de la entrega de hoy de Reseña de la Añoranza, dedicada precisamente al baile de los 400 años de El Tocuyo, a propósito que ayer 7 de diciembre de 2024 se cumplieron los 479 años de su fundación y en consecuencia se cumplieron exactamente 79 años del baile de gala del cuatricentenario de El Tocuyo.
De acuerdo a Francisco Camacho: “…En El Tocuyo, sus élites se tomaron en serio la celebración de los 400 años de fundación de la ciudad. José Rafael Colmenares Peraza, abogado y propietario de haciendas del tradicional cultivo de caña que desde la colonia caracteriza a la zona, fue el principal promotor de la celebración y a tal efecto activó una extensa red nacional que tocó la fibra de las altas esferas del poder. Para ese momento, El Tocuyo era una ciudad con una arquitectura colonial que logró sobrevivir a la devastación del terremoto de 1812, cosa que no ocurrió con Barquisimeto ni Caracas, entre otros centros urbanos que fueron destruidos por aquel sismo. La Junta Pro Tocuyo en sus 400 años, llevó a cabo una intensa campaña para que el orgullo del pasado tuviera de alguna manera un carácter permanente a través de una serie de obras que le darían a la ciudad un cariz de moderna. Intelectuales como Ambrosio Perera y Juan Liscano, se hicieron eco de que se declarara a esta ciudad, por su arquitectura, y por su importancia histórica, “Monumento nacional”, siguiendo el ejemplo de lo que hizo México con la ciudad de Taxco…”
Por otra parte el citado autor nos comenta: “…La Junta estuvo presidida por el abogado Colmenares Peraza, a quien acompañaron en su directiva como primer vicepresidente Carlos Sequera Cardot, presidente del Concejo Municipal del Distrito Morán; como segundo vicepresidente el presbítero A. Leña y Mellado, cura párroco de la iglesia de la Concepción; J.A. Rodríguez López (secretario de actas); Miguel Ángel Hurtado (sub secretario de actas); Juan Sequera Cardot (secretario de correspondencia); Napoleón Reinoso Escalona (sub secretario de correspondencia); Leonidas Anzola Tamayo (tesorero); Miguel José Tamayo (sub tesorero); Arturo Tamayo; Agustín Gil Gil; Francisco Suárez (los tres en propaganda); Fernando Garmendia Yépez (prensa); y Manuel F. Escalona, Carlos Suárez García, J. A. Tovar García y Diego M. Lozada,(estos últimos en organización) (Acta de instalación de la Junta Pro Tocuyo en sus Cuatrocientos Años, 1943, agosto, 1. Acuerdo del Concejo Municipal del Distrito Morán. Año 134 de la Independencia y 85 de la Federación. Venezuela)…”
Esta “apoteosis” indudablemente fue descollante en aquellos días, en que la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, tenía en sus manos los destinos de la Nación desde el 18 de octubre de aquel año de 1945. El Tocuyo por disposición del Congreso de la República, fue declarado Capital de Venezuela a los efectos conmemorativos el día 7 de diciembre. La prensa local, regional y nacional, desplegó extensos centrimetrajes en sus páginas dedicadas a El Tocuyo y su festejo cuatricecular. Exposiciones de pintura, templetes, sesiones solemnes tanto del Congreso de la República, como del Ayuntamiento morandino y de la Academia Nacional de la Historia en mancomunidad con el Centro de Historia Larense.
De la misma forma Camacho (2026) nos acota:
“…En los “festejos sociales” estaba programada la recepción al Presidente Medina y las delegaciones oficiales; un Te Deum en la iglesia Concepción; y una sesión en el cabildo municipal. Para la recepción al final del día, los promotores calcularon los gastos en “no menos de Bs. 50.000” y la “indispensable traída de personal experto de Caracas, mesoneros, camareros, cocineros”. No obstante, la misma Junta, en comunicación posterior, aceptó que las autoridades no apoyaran el “banquete de gala” por lo “costoso y difícil bastante por las condiciones del medio”.
Se programaron también los “festejos populares”, que incluían en su agenda una exposición folklórica “a base de Tamunangue, Zaragozas, Bailes de Cintas, Baile de San Pascual; un desfile obrero, carreras en bicicleta y en burro, terneras a la llanera, toros coleados y fuegos artificiales”. Todo ello fue presupuestado en 15 mil bolívares.
La preparación de la celebración incluyó la edición de material para que quedara en la memoria de los tocuyanos y los foráneos la magna fecha. Así, se previó la impresión de una “cartilla del viajero” con información sobre sitios históricos. De igual forma, una “Monografía de El Tocuyo” con 20 trabajos distribuidos en dos tomos en el que se abordarían aspectos de tipo “agrícola, comercial, sanitario, social, educacional, religioso y folklórico”. Uno de los tomos incluiría las comunicaciones y documentos referidos al IV Centenario de la ciudad (Memorándum de la Junta Pro Tocuyo en sus Cuatrocientos Años a los Gobiernos Nacional y del Estado Lara, 1945, marzo, 6)…”
Dentro de aquellos festejos, estaba el Baile de Gala y para entonces ya la orquesta del joven maestro barquisimetano Rafael Miguel López tenía fama por sus exitosas presentaciones en reiteradas ocasiones al alternar con las más afamadas orquestas del país, por lo cual sería una de las seleccionada por la Junta Pro Tocuyo para la memorable celebración de los cuatrocientos años de la fundación de El Tocuyo. Para el baile de gala había sido contratado Luis Alfonzo Larraín y como hemos dicho Rafael Miguel López, pero esto fue sólo un aspecto de aquellos festejos, porque desde los arreglos para el coro eclesiástico de voces, dirigido por el Padre Otaegui, el acompañamiento musical de la solemnidad y la marcha triunfal con que entró Monseñor Dr. Enrique María Dubuc, a las ocho y media de la mañana al Templo de la Inmaculada Concepción, Catedral de El Tocuyo, toda aquella estela de armonías estaba bajo la responsabilidad de Rafael Miguel López Valera. Nos comentaba en uno de nuestros gratos encuentros, Monseñor José Esteban Monsalve, que para ese entonces, él aún era seminarista y por su inclinación hacia la música, era integrante del coro de voces que trémulo cantó en la Concepción, bajo la dirección del Padre Manuel Otaegui y los acordes del conjunto de Rafael Miguel, quien cuando en aquel Solemne Te-Deum del 7 de diciembre de 1945, llegó el momento de la comunión, el silencio contrito que dominaba la atmósfera de la iglesia, fue atravesado como dardo luminoso en noche despejada, por el arco del violín de Rafael Miguel López, quien ejecutó limpiamente desde lo alto del coro del templo, “La leyenda del beso” en un impresionante solo de violín, para sorpresa de la Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt, quien a la salida del oficio religioso, fue conducido a la Plaza Bolívar, donde colocó una ofrenda floral ante el busto del Libertador, pronunciando un discurso alegórico a la magna celebración.
Llegadas las 10 de la noche de ese 7 de diciembre, se vistió de gala el amplio patio del Convento de Los Ángeles, que luego fue el Liceo Eduardo Blanco y en la actualidad es Casa de la Cultura “José Ángel Rodríguez López”. Los corredores tanto de la planta baja como los de la planta alta, estaban ocupados por las mesas revestidas de sobria y elegante mantelería, una cuadrilla de mesoneros se esmeraban en la atención de los asistentes y frente a frente en los flancos norte y sur del cuadrilátero de los corredores, en dos tarimas la Orquesta de Luis Alfonzo Larraín y la Orquesta de Rafael Miguel López. Muchos de quienes habían tenido la noticia que Luis Alfonzo sería la orquesta invitada, dudaron que Rafael Miguel le diera una alternativa a la altura de aquella afamada y gran agrupación. Para ello Rafael Miguel López, alquiló dos de los mejores equipos de sonido que para un espectáculo de esta naturaleza existían en Barquisimeto, bajo los criterios de sus conocimientos sobre la materia alcanzados en la radio, igualmente amplió algunas secciones de instrumentos para lograr más envolventes los efectos, que había preparado para aquel baile y al llegar a El Tocuyo alquiló otro sonido para darle técnicamente más potencia sonora a su orquesta. En cuanto al repertorio igualmente preparó un extenso material pentagramístico y aún poco antes del baile le solicito a músicos foráneos, su participación para que tocasen aquella noche.
Aquel baile se inició bajo el tema de Luis Alfonzo Larraín compuesto por él especialmente para identificar a su orquesta al inicio de un baile, presentado seguidamente a Flor Díaz, novedosa particularidad de la que fue pionero, al presentar por vez primera una mujer vocalista en una orquesta bailable y al darle la alternativa a Rafael Miguel éste inicia su actuación con el vals “Héroe de Corpahuaico” del compositor tocuyano José Ángel Rodríguez López, miembro de la Junta Pro Tocuyo y que estaba allí presente. Pues bien ante las bellas notas de aquel afamado vals tocuyano, las mesas quedaron vacías y el conglomerado presente se volcó a la pista de baile y para no quedarse por debajo de Luis Alfonzo, presenta el último el debut del “Trío Curarí” del Dr. Juan Ramón Barrios, las cartas estaban echadas y la rivalidad musical se inició.
Luis Alfonzo Larraín, le fue aumentado los números a los sets y Rafael Miguel también ya que se había preparado para ello y en pleno baile aún le llegaban a Rafael Miguel músicos de San Felipe, Duaca y otros lugares contratados para agrandar la orquesta en aquel histórico mano a mano musical. Rafael Miguel haciendo hincapié en guarachas, pasodobles y ritmos acordes al público de aquel escenario geográfico, conquistó a los presentes y a pesar de estar frente a la alternativa de Luis Alfonzo Larraín, “El Mago de la Música Bailable” como se le decía, llegó un momento en que muchos esperaban que volviera la orquesta de Rafael Miguel López para regresar a la pista de baile, ya que los arreglos de Luis Alfonzo cargados de mucho swing norteamericano, no fueron de la aquiescencia de la mayoría de los tocuyanos y notables pobladores circunvecinos de la época. Claro que Luis Alfonzo mantuvo la pista vibrante en cada presentación, pero con Rafael Miguel la pista se abarrotaba, como me lo atestiguaron muchos de los presentes en aquel legendario baile, 45 años después, cuando acompañamos al maestro Rafael Miguel López junto con la Orquesta Típica Municipal de Barquisimeto para un concierto ofrecido con motivo de los 445 años de El Tocuyo casualmente en el mismo escenario de 1945, el viejo patio central del antiguo Convento de los Ángeles. Volviendo al baile objeto de la presente crónica, a cada nueva salida de Luis Alfonzo más largos eran los sets y Rafael Miguel igualmente prolongaba los suyos, terminando el baile prácticamente al amanecer del día siguiente, siendo ovacionado Rafael Miguel López por los presentes. Al concluir el baile Luis Alfonzo Larraín en gesto de admiración y reconocimiento, invita a Rafael Miguel a tomarse una botella de brandy a las afueras de El Tocuyo, en una conversación donde, “El Mago de la Música Bailable” le dijo que se fuera para Caracas, que estaba perdiendo el tiempo en el interior con esa orquesta fabulosa que conducía y Rafael Miguel luego de agradecerle sus conceptos, le dijo que no podía irse a Caracas, porque lo que había hecho en el baile, fue gracias a los músicos y estos no eran músicos de profesión, eran zapateros, carpinteros, relojeros, sastres y de otros oficios y aunque si eran músicos y leían música, ninguno iba a abandonar su trabajo, para aventurarse en una empresa incierta como era, irse a otro lado a probar suerte. Luis Alfonzo le insiste y le propone ayudarlo para las contrataciones, pero igualmente Rafael Miguel mantuvo la posición de su tesis.
Encontramos en una nota de prensa, que nos obsequiara el Doctor Enrique Rodríguez Jiménez correspondiente a la época y al referido baile: “…no es por regionalismo, pero los criollos de Rafael Miguel López le robaron el show a Luis Alfonzo Larraín…”
El Diario EL IMPULSO, en su edición correspondiente al 20 de diciembre de 1945 titula: “La Orquesta de Rafael Miguel López se Anotó un Rotundo Éxito”, donde se hace una sucinta semblanza de aquel inolvidable baile:
“…En nuestro Estado se ha hecho famosa ya la Orquesta que dirige el joven artista Rafael Miguel López. Las nuevas tonalidades rítmicas son interpretadas a las mil maravillas por los compañeros de este pionero del arte en el Estado Lara. Es ampliamente conocido Rafael Miguel con sus muchachos, siendo solicitada su orquesta en todos los círculos sociales por la delectación en escucharlo. Porque realmente, las interpretaciones de esta orquesta de música nueva son apreciadas por su gran valor.
Con motivo de las recientes festividades de El Tocuyo, en el cuatricentenario de la ciudad, la Orquesta de Rafael Miguel López fue hasta allá, contratada por la Junta Pro-Tocuyo, para que amenizara algunos bailes y actos. Emocionadamente, el joven artista se trasladó a El Tocuyo, llevando su orquesta. Iba con la esperanza de su arte y con la emoción de encontrarse con la celebrada orquesta venezolana de Luis Alfonso Larraín, que había viajado hasta allí desde la capital de la República. Rafael Miguel no se amilanó, y estuvo presente en el gran baile celebrado el día 7 en el Convento de Los Ángeles de El Tocuyo, rivalizando con la orquesta caraqueña. Y de veras que rivalizó bien, como le consta a todos lo que estuvieron presentes allí: la Orquesta barquisimetana se portó a la altura, poniendo de relieve la capacidad artística de sus componentes y demostrando el joven maestro Rafael Miguel López que sabe de música, y puede plantarse con sus muchachos en cualquier patio, con la seguridad de salir brillante, como lo comprobó en El Tocuyo, rivalizando en buena lid con la orquesta mejor reputada en el territorio de Venezuela.
Felicitamos calurosamente a Rafael Miguel, como se le dice familiarmente, y le deseamos siga cosechando triunfos y más triunfos en su arte, al frente de sus muchachos que forman su celebrada orquesta, la Orquesta de las simpatías, como se le conoce en Barquisimeto y en el Estado…”
En su obra “Luis Alfonzo Larraín, el mago de la música bailable” Ángel Vicente Marcano dice: “…La Orquesta de Luis Alfonso Larraín actuó en las fiestas del cuatricentenario de El Tocuyo, a la cual asistió la Junta Revolucionaria de Gobierno en Diciembre de 1945, debido a la importancia de esta ciudad y por ser ella una de las primeras ciudades que en el país le celebraron este tipo de fiesta. El baile se celebró en lo que ellos llamaban El Convento, que luego fue una de las pocas casas que se salvó del terremoto del 3 de agosto de 1950. Allí Luis Alfonso con su grupo alternó con la Orquesta de Rafael Miguel López, uno de los grupos musicales de Barquisimeto, cuya música fue más apreciada que la de la orquesta capitalina, pues obviamente no estaban acostumbrados al sonido de este tipo de orquesta…”
De la misma manera, Rafael Miguel López, en su actuación en las fiestas del cuatricentenario de la Ciudad Madre, el día 8 de diciembre a las nueve y media de la noche acompañó con su orquesta la presentación de Taormina Guevara, con una función de ballet, que tuvo por escenario igualmente el Conventos de Los Ángeles, para lo cual habían ensayado previamente en Barquisimeto hasta el cansancio, a fin de lograr una magnífica presentación, como en efecto lo reseña la prensa de la época.
Catapultado por este inconmensurable éxito, Rafael Miguel López dedicó todas sus energías a su Orquesta de Baile, sus instrumentaciones, al constante estudio de los últimos ritmos de moda y cómo montarlos en su orquesta con innovaciones o adaptados a las secciones de músicos con que contaba en su agrupación. Todo esto sin abandonar su labor en Radio Barquisimeto con su programa dominical Radiopublicidad Comercial L. V., su trabajo en la municipalidad y su actividad como publicista, lo que nos habla de lo difícil que era vivir sólo de la música, la misma que asimismo cultivó desde el vértice de lo nacional, es decir de la música típica que estudió y desarrolló hasta lograr en 1972 la fundación de la Orquesta Típica Municipal de Barquisimeto, en la actualidad de Iribarren. …Así vibró en Lara, el mes de diciembre de 1945…
Barquisimeto, domingo 8 de diciembre de 2024.
Fuentes Consultadas:
Camacho, F. (2016) La Apoteosis de los 400 Años de Fundación de El Tocuyo, la “Ciudad Madre” de Venezuela (1945) [Ensayo en Línea] Disponible en: https://www.redalyc.org/journal/880/88049677005/html/
Diario El Impulso (1945) La Orquesta de Rafael Miguel López se Anotó un Rotundo Éxito. 1945 Diciembre, 20. Barquisimeto. Venezuela.
Larrain, A. (1996) Mi Hermano Luis, un Venezolano Excepcional. Edición patrocinada por la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN). Cromotip. Caracas. Venezuela.
Marcano, A. (2004) Luis Alfonzo Larraín, El Mago de la Música Bailable. Editorial La Espada Rota. Editorial Nivaldo. Dirección de literatura del CONAC. Caracas. Venezuela.
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