Tras una fallida visita a su hijo este lunes 8-Feb en la cárcel de la Comunidad Penitenciaria Fénix, la madre de un recluso aseguró a EL INFORMADOR VENEZUELA que les fueron suspendidas las visitas y la paquetería -entrega de alimentos-.
«Todas las madres estamos preocupadas no le están permitiendo visitas, estuvimos por allá hoy y no nos dejaron entregarles nada«, comentó.
«Se están muriendo de hambre y de sed», añadió.
El grupo de madres aparentemente recibió la instrucción del personal de seguridad del penal en horas de la mañana, cuando se disponían a entregarles comida a sus hijos.
Las visitas y paquetería habrían sido suspendidas desde hace una semana, sin explicaciones.
Estos beneficios eran recibidos dos veces por cada semana, después que fueran reanudadas las visitas por la pandemia.
«Están pasando hambre, no se bañan, no les dan agua, nada», insistió la madre que prefirió no identificarse, porque, contó, su hijo podría sufrir represalias dentro de los calabozos o ser trasladados al «tigrito» –zona de castigo-.
Complementó, asegurando que ya ha sucedido «que las madres publican sus nombres con las denuncias y después castigan a los detenidos».
Su hijo, además, la última vez que pudo visitarlo pesaba 39 kilos, después de haber ingresado al penal hace tres años con un peso de 90 kilos.
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) indicó el 3 de febrero en una nota de prensa que 145 presos dentro de la cárcel se encontraban aislados por padecer de síntomas de tuberculosis, según la información que obtuvieron por fuentes internas la mayoría desnutrición y deshidratación.
En el texto difundido a los medios de comunicación por el OVP, agregan citando a su fuente que «el suministro de comida por parte de los familiares les ha salvado la vida a muchos, porque no recibir bocado fue la principal causa de sus enfermedades. No todos corren con la suerte que alguien les traiga comida…».
La madre del recluso, pidió a las autoridades que les permitan ingresar alimentos con regularidad y «que no los dejen morir de hambre», pues en ocasiones, cuando permiten la entrega de alimentos cocidos y agua, los productos «se desaparecen, cuando les da la gana se la pasan», finalizó.
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ED/Foto Ángel Zambrano