Omar Monroy es un venezolano nativo de Caracas, pero con casi 30 años de residencia en Barquisimeto, quien, según sus mismas palabras, lleva ya cerca de 10 años viviendo “un auténtico calvario” debido a lo imposible que se le ha hecho ahora el poder obtener las medicinas que requiere para varias afecciones crónicas de salud que padece.
Y todo ello por cuanto –asevera- los organismos públicos correspondientes “ahora no cumplen con nosotros”.
Y, de hecho, en la mañana del lunes 8 de febrero, Monroy decidió postrarse a las puertas de la Defensoría del Pueblo del Estado Lara, en la carrera 21 entre las calles 23 y 24 de Barquisimeto, “para ver si por fin logro obtener las tantas medicinas de las cuales requiero para cumplir los adecuados tratamientos”.
Por cierto, y a propósito de la palabra “calvario”, valga destacar el hecho ocurrente de que Monroy llevaba puesta sobre su cabeza una corona hecha de alambre de púas, como una semejanza a la corona que también cargó sobre su cabeza Jesucristo durante la marcha hacia su crucifixión.
Sin pretensión alguna
-No pretendo –aclaró, sin embargo- compararme con Nuestro Señor, sino llamar la atención sobre mi problema, que es el problema de miles de enfermos crónicos en Venezuela
En su conversación, este venezolano de 72 años de edad resaltó que “he decidido venir hoy ante la sede de la Defensoría del Pueblo porque ya estoy cansado de acudir a diversas instancias públicas, y en las mismas lo que hacen es: O no me atienden, o simplemente prometen, pero no pasa nada”.
-Es más –narró-, le cuento que, cuando Linda Amaro era directora Regional de Salud, y había una celebración en la Plaza Bolívar, yo me encadené allí para reclamar mis medicinas, y ella, en lugar de atenderme, lo que hizo fue ponerse brava y me mandó a desalojar de allí.
-Y también he sido atendido por Javier Cabrera, pues igual he ido a encadenarme en la sede al Dirección de Salud, y él me ha insistido en “ya di la orden para tus medicinas”, pero todo no pasa de ahí.
Las afecciones
Ante una pregunta, dijo Monroy que, “para comenzar, yo soy operado del corazón y tengo un alto grado de riesgo coronario”.
-Pero, además, padezco de prostatitis, lo que amerita una intervención quirúrgica, pero, ¿Cómo y con qué recursos me opero, si carezco de posibilidad económica, y, de paso, aquí en Venezuela los centros de salud no sirven para nada, o para muy poco; y, para colmo, también soy diabético.
Apuntó que su prostatitis está tan avanzada, “que en muchas ocasiones, me sale pus y sangre por la vía anal”.
-Total que, para cada una de esas afecciones de salud, requiero de varios medicamentos, todos los cuales tienen costos elevadísimos, y mi único ingreso es la pensión del Seguro Social, que ya ahora no es sino una limosna.
Respondiendo a una pregunta, dijo que cuatro de sus hijos se hallan fuera del país, “pero no les ha ido muy bien que se diga, aunque ellos, cuando pueden, me envían algo, pero eso se queda muy corto ante el costo que han adquirido las medicinas en Venezuela”.
Un chavista decepcionado
Narró Monroy que él ha sido durante toda su vida ha sido -y es- “un revolucionario a carta cabal”, y que, de hecho, siempre apoyó la candidatura del fallecido presidente Hugo Chávez.
-Precisamente, mientras vivió Chávez, el sistema denominado Farmacuba me entregaba puntualmente a mí, y a otros enfermos crónicos, la respectiva bolsita con todos los medicamentos que uno necesitaba.
-Pero, desde que Chávez murió, también desapareció el Farmacuba, y, desde ahí, empezaron nuestros tormentos.
-Es más: Yo quiero decir que me cuento entre los tres millones de venezolanos chavistas que no salimos a votar por Nicolás Maduro, ni en las últimas elecciones presidenciales ni en las recientes elecciones parlamentarias.
-Y quiero hacer esta reflexión pública: Si así se me trata a mí, que todos quienes me conocen saben de mi condición revolucionaria, ¿Qué puede quedar para los que no son chavistas o maduristas…?
Y al momento de conversar con los integrantes del equipo periodístico de EL INFORMADOR VENEZUELA, Monroy mostraba envases diversos de los diferentes medicamentos que él requiere para cumplir un adecuado tratamiento para sus afecciones de salud.
Y mostraba igualmente una pequeña bandera venezolana en las cuales se apreciaban algunas imágenes del ex mandatario fallecido, “bandera que yo utilizaba en las marchas de apoyo a Hugo Chávez”
Y a instancias nuestras, Monroy ofreció el número de su teléfono celular, “por si algún funcionario público, o algún particular, incluso, quiere hacer contacto” con él.
Se trata del 0426-2572978.
Reinaldo Gómez
Fotos: Anderson Piña