Más de un centenar de indígenas se movilizaron el viernes pacíficamente en una ciudad del centro de Ecuador en rechazo a la ola delictiva que acecha al país y en defensa de la aplicación de sus métodos de castigo o justicia indígena.
Con sus tradicionales ponchos, sombreros y la bandera arcoíris que los identifica, los convocados por el Movimiento Indígena de la provincia de Cotopaxi (MIC), se movilizaron por las calles de la ciudad Latacunga, unos 79 kilómetros al sur de Quito, al grito unísono de “Más seguridad”.
“Ladrón que sea atrapado será ofrendado a la Pachamama (madre tierra en quichua)” o “Generar pobreza para el pueblo, es la peor forma de violencia” se leía entre las pancartas de los asistentes.
Agustín Cachipuendo, dirigente del MIC —que pertenece a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador— hizo un llamado “a que se respete la justicia indígena que aplicamos en las comunidades a los delincuentes” que ingresan.
El líder local se quejó de que “cuando hacemos eso el Estado, la fiscalía, los jueces criminalizan la justicia indígena” y pidió la implementación de políticas reales para frenar la inseguridad.
La jefa de la región de Cotopaxi, Lourdes Tibán, quien participó en la marcha, aseguró que “una vez cogido al ladrón la regla es no mandar a la policía y en la comunidad dar un escarmiento”, pero advirtió a los dirigentes que no deben excederse ni caer en linchamientos.
“Nos sumamos a la lucha antidelincuencial sin que le cueste un sólo centavo al Estado ecuatoriano”, declaró por su parte Alex Toapanta, otro representante indígena.
La Constitución de Ecuador reconoce la justicia indígena como la aplicación de “normas y procedimientos propios para la solución de conflictos internos” en las comunidades donde ejerzan su jurisdicción siempre “que no sean contrarios a la Constitución y a los derechos humanos”.
Algunos de los castigos implican baños de agua helada, golpes con plantas que al contactarse con la piel generan inflamación, además de cargar sacos de tierra mientras son expuestos en ropa interior ante la comunidad.
Ecuador, declarado en conflicto armado interno por el presidente Daniel Noboa a inicios de enero, afronta la peor ola de violencia en su historia debido, según las autoridades, a la acción de organizaciones criminales que dentro y fuera de las cárceles propician asesinatos, extorsiones y robos.
El gobierno declaró terroristas a más de una veintena de bandas a las que responsabiliza de una serie de ataques violentos, incluida la toma de un canal de televisión en enero mientras transmitía en vivo.
AP