El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, señaló este lunes en Miami que la izquierda sigue siendo una amenaza en Latinoamérica y hay que hacer todo lo posible para devolver la normalidad a Venezuela.
“Es importante que hagamos todo lo posible para garantizar una vida normal” en ese país, indicó el mandatario de ultraderecha durante un seminario empresarial organizado por la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex-Brasil).
Bolsonaro, que asistió este domingo en la sede del Comando Sur en Miami a la firma de un tratado bilateral de cooperación en defensa con Estados Unidos, aseguró, sin embargo que no es una tarea fácil “dado el alto grado de deterioro moral y político que enfrenta ese país (Venezuela) hoy en día”.
El mandatario, que relató que llegó a la Presidencia con una campaña de “menos de medio millón de dólares” y con gran oposición de la izquierda, subrayó que hay que luchar para asegurar que otros países vecinos en América del Sur no pasen por lo que ha pasado Venezuela con Nicolás Maduro.
En ese sentido dijo que en 2018, durante la campaña presidencial, no se podía permitir que “el ala izquierda estableciera las reglas y dictara las perspectivas futuras de un gran país como Brasil”.
“No queremos esa experiencia para nadie más y eso sólo se puede lograr restableciendo un sentido de confianza y buscando establecer todo lo que podamos como parte de nuestros esfuerzos conjuntos”, manifestó durante el foro que reúne hoy y mañana a cerca de 300 líderes empresariales de ambos países.
Jair Bolsonaro manifestó que a diferencia de Venezuela, Brasil tuvo éxito en las elecciones que lo llevaron al poder, porque “las Fuerzas Armadas siguen siendo el principal aliado y uno de los pilares clave”, sin intervenir en la política partidista.
Sobre el foro económico, organizado por Apex-Brasil, señaló que su Gobierno ha buscado “racionalizar el entorno empresarial”. “Queremos recortar la burocracia y desregular las prácticas”, enfatizó.
Sin embargo dijo que todavía tiene “un enemigo interno muy fuerte que es el ala izquierda” contra la que ha luchado “fuertemente”.
Las presiones de la alianza de Estados Unidos y Brasil contra el régimen de Nicolás Maduro centraron el sábado pasado una reunión de Bolsonaro con su homólogo estadounidense Donald Trump, en Mar a Lago, el club del republicano en Palm Beach, unos 100 kilómetros al norte de Miami.
Bolsonaro dijo que abordó con Trump el tema venezolano y que estaba “extremadamente contento con la agenda bilateral en curso”.