“En Venezuela, el problema no son tanto necesariamente los salarios, sino el modelo económico que actualmente tenemos en el país, y que ya lleva 22 larguísimos años pesando sobre el nuestros hombros”.
La anterior manifestación provino del docente y abogado Leonardo Torres, secretario general de Unión y Progreso (UYP) en el estado Lara, cuando fue consultado por el equipo periodístico de EL INFORMADOR VENEZUELA en torno al reciente tanto del salario como de la cesta ticket, anunciado por el presidente de la república, Nicolás Maduro.
–Y ésa –prosiguió— es una regla de la economía mundial, que rige, no solamente para Venezuela, sino para el mundo entero: La situación socio-económica de los habitantes de un país depende del modelo económico que en ese país impere, y de lo acertado que ese modelo pueda ser.
–Y resulta que en Venezuela llevamos ya estos pesados y largos 22 años con un mismo modelo económico que ha fracasado estrepitosamente en todos sus ámbitos, en razón de lo cual este nuevo incremento salarial será también pulverizado por el modelo económico que gravita como un saco de plomo sobre nuestros hombros.
–¿Por qué…? Pues simplemente porque ese modelo económico es lo que ha disparado en Venezuela una superinflación que no tiene parangón con ninguna parte del mundo, por lo cual ese incremento salarial, por muy grande que sea, no va a ser la excepción, y en cuestión de pocos días, y cuidado si de horas, seguro que se convertirá en sal y agua.
–Lo que pasa –aseveró luego Torres– es que éste es un gobierno tozudo, terco y testarudo, que sabe muy bien, pero no quiere entenderlo, que, si quiere beneficiar a los trabajadores, pues que le dé confianza y garantías jurídicas a la inversión privada, tanto local como nacional y extranjera.
–Pero también debe derogar por completo las leyes y decretos que van en contra de la productividad y de la recuperación económica del país, en lo cual también debe incluirse lo relativo a la materia tributaria o impositiva, y al encaje legal bancario.
–Asimismo, debe poner nuevamente en práctica el funcionamiento de las comisiones tripartitas de empresarios, gobierno y trabajadores, precisamente para la cuestión de los montos e incrementos salariales, y no que éstos se fijen a capricho del gobierno.
–De manera, pues, que, mientras eso no ocurra, la grave crisis socio-económica del país se mantendrá firme, seguirá adelante “y a paso de vencedores”, para utilizar una muy trillada y demagógica frase del gobierno. Reinaldo Gómez