Aura Rosa Castillo.- A un mes del primer megaapagón en el país, no se ha estabilizado el Sistema eléctrico nacional y continúa la incertidumbre, sobre todo en comerciantes de carne y lácteos, quienes temen perder sus productos.
Además de la inflación que se traduce en baja capacidad de compra de la población. El precio del queso aumentó en Bs. 14.000 y el de carne oscila entre Bs. 9000 y Bs. 11.000.
Boris Mendoza, dueño de un negocio en el mercado Terepaima, dijo que en su negocio tiene variedad pero de exhibición, ya que la gente compra menos porque el precio de los productos de charcutería ha aumentado demasiado.
Menciona que el kilo de queso se cotiza en Bs. 16.000, blanco, y el de año en Bs. 23.000 y queso amarillo Bs. 48.000. El jamón Bs. 26.000 por kg. Lo más económico es la mortadela que cuesta Bs. 8.900 y Bs. 9.200 de carne y pollo, respectivamente.
El sueldo mínimo es de apenas Bs. 18.000, la gente no tiene dinero para comprarlo. Esto es insostenible, una persona si compra huevos no compra queso. Ahora lo que llevan es un poquito de mortadela. Para completar con esos apagones no pasan los puntos de ventas y el efectivo está escaso.
En el referido mercado, este lunes las neveras estaban casi vacías, y comerciantes de ramo explican que no se atreven a comprar por temor a otro apagón. “Laboramos a medias, por el problema de la luz, las ventas han caído en casi 90 %.
En el primer apagón perdimos mucha mercancía, ahora trabajamos al día, porque la gente compra uno o dos bistec o un puñito de carne molida, más nada”, dijo Freddy Vásquez.
En un recorrido efectuado por EL INFORMADOR se constató que el kilogramo de carne de res que antes de las fallas eléctricas se cotizaba en Bs. 6.500 su precio oscila entre Bs. 9.000 y Bs. 11.000. El lomito cuesta Bs. 14.000.
En una carnicería ubicada en la avenida Vargas con carrera 19, exhibían precios tentadores pero no había carne. Alejandro Hernández, dueño, manifestó que desde el jueves pasado no les surten el producto. Existe mucha incertidumbre, las pérdidas han sido bestiales, consecuencia de los apagones. La semana pasada dejamos de trabajar cinco días. Tuvimos que alquilar una planta eléctrica.