Los pacientes con diabetes en Venezuela se encuentran cada día más desatendidos por parte del Estado, advierte el Dr. Roald Gómez, presidente de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo (Svem).
Aseguró el Dr. Gómez “Durante los últimos cinco años las personas diabéticas en el país se les ha complicado acceder a la atención que necesitan para controlar su condición y adquirir los medicamentos para evitar complicaciones a futuro”.
Gómez detalló que los elevados costos de los tratamientos han obligado a que las personas acudan a estrategias para tratar de rendir los medicamentos por los menos un mes. “Hay pacientes que disminuyen la dosis de insulina, otros compran medicamentos más económicos que no tienen efectividad. Mientras otros toman cosas naturales o dejan de tomarlas”.
Los medicamentos para controlar la diabetes cuestan entre 8 y 60 dólares, depende si es insulina basal o insulina rápida, y además del laboratorio, verificó Cónica.Uno en un recorrido. También se le suma el costo de los equipos que va desde 20 a 35 dólares.
“A los elevados precios se le suma el impedimento para acceder de manera gratuita a las consultas porque en los hospitales las listas de espera son hasta de cuatro meses”, indicó.
La Federación Internacional de Diabetes (IDF) arrojó que 537 millones de personas viven actualmente con diabetes.
En Venezuela, el Estudio Venezolano de Salud Cardiometabólica (Evescam) calculó en 2021 una prevalencia de diabetes de 12,4 %.
El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) es el encargado y garante de la distribución de medicamentos para condiciones de salud crónica de las personas en el país. Sin embargo, Gómez aseguró que actualmente esto no se realiza.
Destacó que anteriormente en Venezuela existían clubes de pacientes diabéticos en los ambulatorios, en los que la gran mayoría de los pacientes diagnosticados recibían consultas psicológicas, entretenimiento y le daban medicamentos o insulina. Sin embargo, la migración de los especialistas provocó que los clubes desaparecieran.
Con la desaparición de los clubes se le dejó de entregar medicamentos y se abandonó el registro de pacientes con diabetes en el país.
“Si un paciente diabético no se toma el tratamiento tiene mayor riesgo de padecer de condiciones que van en sintonía con la enfermedad como infartos, problemas en los riñones y en la retina”, expresó.
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