Tras días de espera, las cenizas del cantante José José llegaron el martes a Cuidad de México para una ceremonia póstuma en el Palacio de Bellas Artes con el público que lo convirtió en “El Príncipe de la Canción”.
Las cenizas fueron colocadas en el vestíbulo del palacio dentro del mismo féretro dorado que se usó en el funeral público de Miami. Los primeros en montar una guardia de honor fueron sus hijos José Joel y Marysol, junto con su madre Anel.
Varias personas que pasaban frente a ellos les expresaban su aprecio. Una mujer les lanzó un beso. «¡Estamos con ustedes!», gritó otra.
El público aplaudía y también vitoreaba a su astro mientras caminaban frente a los restos. En acuerdo con la familia, las autoridades permitirán durante tres horas que sus admiradores entren al palacio para despedirse de su ídolo.
También montaron guardia la alcaldesa capitalina Claudia Sheinbaum, la secretaria de Cultura de la ciudad, Alejandra Frausto, y el músico Roberto cantoral Jr., cuyo padre compuso «El triste», una de las más famosas canciones de José José.
En el interior del palacio fue colocada una fotografía de gran tamaño en blanco y negro de José José con la leyenda «Qué triste fue decirnos adiós», un verso de su éxito «El triste». Bajo la imagen se desplegaron arreglos florales blancos y una alfombra roja sobre las escalinatas de este museo y teatro en el que se han realizado los funerales de otras grandes figuras de la cultura popular como Chavela Vargas y Juan Gabriel.
Al costado derecho del féretro estaban los intérpretes que se encargaron de musicalizar la ceremonia y a la izquierda invitados especiales.
El Cuarteto Saloma, la Orquesta Sinfónica Nacional, el Ensamble de la Escuela de Mariachi Ollin Yoliztli, el Trio Sensontle de Huachinango Puebla y el Mariachi y Coro del Ballet Folclórico de México musicalizaron la ceremonia con piezas inmortalizadas por José José como «Almohada», «40 y 20» y «La nave del olvido».
Desde horas antes de que se abrieran las puertas, los admiradores esperaban pacientes por su ídolo entonando sus canciones con rosas rojas, discos y fotografías del astro en la mano.
Con un letrero que decía “Solo yo seguiré siendo tuyo”, como la canción de José José que le dedica su esposo, Maria Juana Hernández, empresaria de 62 años, esperó a entrar al recinto cultural de la capital mexicana.
Hernández dijo que logró ver a José José en dos ocasiones en el centro nocturno El Patio.
“Es sentir de alguna manera que está con el pueblo… Ante este fallecimiento el pueblo de México lo quería tener físicamente, pero si ya no se tuvo el pueblo de México lo reconoce”, dijo. “Su manera de cantar era lo máximo, (en vivo) se sentía diferente”.