Miles de manifestantes marcharon el sábado por la célebre Via Veneto y otras calles de Roma, algunos irrumpiendo en las oficinas de un sindicato y chocando con la policía, en una protesta contra el nuevo “Pase Vede” de Italia, un requerimiento de vacunaciones para que los empleados ingresen a sus oficinas.
La certificación será obligatoria a partir del 15 de octubre y se aplicará a sitios de trabajo públicos y privados. Tanto empleados como empleadores pueden ser multados si no cumplen con el requerimiento. Los empleados del sector público pueden ser suspendidos si se presentan a trabajar cinco veces sin un Pase Verde. El pase es requerido ya en Italia para entrar a museos, teatros, gimnasios y restaurantes, además de en viajes de larga distancia en trenes y autobuses o en vuelos nacionales.
Los pases muestran que una persona ha recibido al menos una dosis de vacuna contra el COVID-19 o se ha recuperado del virus en los últimos seis meses o ha dado negativo en pruebas en las últimas 48 horas.
Los manifestantes realizaron primero una protesta ruidosa autorizada en la Piazza Del Poppolo de Roma. Seguidamente, dejaron la plaza y se enfrentaron con policías mientras avanzaban por el Parque Villa Borghese y por Via Veneto, en una marcha no autorizada.
Cientos de ellos se separaron del grupo y se dirigieron por otra calle en el distrito histórico romano que concluye cerca de la oficina del primer ministro Mario Draghi en el Palacio Chigi. La policía formó una fila, asistida por furgonetas, y usó agua para impedir el acceso a la sede del gobierno italiano.
La policía trató de golpear con porras a algunos manifestantes, muchos de los cuales alzaron los brazos para indicar no violencia mientas confrontaban a la policía en las líneas delanteras afuera del Palacio Chigi. Otros alzaron los puños y ondearon banderas italianas mientras gritaban “¡Libertad!”. AP