Cuando se está ante las recientes obras del artista plástico Adelis González Campos lo que se viene a la mente es la expresión: ¡Qué belleza de pinturas! En verdad que estos cuadros actúan como un activador del embeleso sobre el espectador mas apático que se entrega a su pleno goce de la muestra desde el primer cuadro aun el último. Eso es como darse un banquete visual pocas veces experimentado en estos eventos.
El concepto de belleza en pintura a veces sueles ser relativo. Un proceso condicionado a la valoración de quien vea una obra. Pues un hombre como Armando Reverón sostenía que “Hay belleza hasta en la basura”. Lo que tal vez no compartan algunos que tienen otra óptica.
Pero al apreciar estas creaciones de González Campos concluimos, sin pensarlo dos veces, que contienen belleza por los cuatro costados. Ello es notorio en el delicado trazado del motivo y esplendoroso colorido que él imprime a sus creaciones con el sello singular de su estilo. Resalta su destreza de la matización del color con los fríos.
Formado en las corrientes de la figuración y la abstracción él ha pulido un estilo con la disciplina, trabajo, esfuerzo y persistencia de un gladiador en combate paleta en mano. La comprobación de la depurada evolución de su obra a lo largo de casi 50 años de labores. Forma parte de la Nueva Pintura Larense cuyo arquitecto fue Simón Gouverneur, cuando en 1969 asume la dirección de la Escuela de Artes Plásticas Martín Tovar y Tovar.
Adelis González Campos expone en sus producciones un relato plástico con estilizados motivos dejándonos un edificante mensaje. Aunque incursiona por los senderos de la abstracción, pero a cierta distancia. De esa manera la empatía con la variedad de temas planteados es inmediata por la con asertividad con que se desenvuelve.
Lo planteado por González Campos contiene, a nuestro entender, una connotación artística, histórica y humana. Por lo que la pertinencia de sus nuevas obras la percibimos así:
1- La obra abstracta de gran formato, a manera de mosaico, en que despliega una variedad de motivos geométricos como signos rupestres. En la misma se vale con mucha eficacia del color blanco que deslumbrar al espectador más las resaltantes líneas diagonales en vertical y horizontal en una suerte de código a interpretar. A nuestro entender, aquí funciona el concepto de una multiobra sin descender al barroquismo.
2- Unas mujeres mostradas en una toma de medio plano de facciones delicadas cuyos pechos cubre con un azul degradado de tono muy suave hasta casi el blanco. Ese color frío tiene un efecto seductor por lo hermoso y hedonista. Aquí se impone el dibujo con una estética sin mayores preocupaciones perfeccionistas del rostro. Pero muy finas y delicadas. Con todo, se percibe un clima de cierto patetismo.
3- Los peces tocan el tema de la fauna marina de los océanos inexplorada por el hombre y hacen reflexionar sobre la protección del medio ambiente seriamente amenazado. El trasfondo cinético denota despliegue de la perspectiva y ejerce además un atractivo visual en el espectador. El dominio y transformación positivo de la naturaleza por el hombre.
En los espacios del Museo de Barquisimeto este pintor, nativo de Churuguara, estado Falcón presenta, en homenaje al artista Felipe Herrera, sus nuevas creaciones. Piezas marcadas por una evidente calidad consustancial con quien ama su trabajo desde los años juveniles cuando desde 1970 cursa estudios en la AEPMTT.