La mañana del sábado 9 de enero se efectuó la misa de exequias de Monseñor Cástor
Oswaldo Azuaje, Obispo de la Diócesis de Trujillo, en el Monasterio de las Hermanas Carmelitas
Descalzas, ubicado en El Manzano, junto a la casa de los Frailes Carmelitas Descalzos donde
hizo vida por varios años.
Sus cenizas fueron llevadas al convento por su hermano en el ministerio episcopal, Monseñor
Víctor Hugo Basabe, junto a algunos sacerdotes que acompañaron el traslado del cuerpo a
Barquisimeto para el acto de cremación.
Por medio de esta ceremonia íntima y muy sentida por su inesperada desaparición física, víctima
de la pandemia de Covid-19, la Iglesia unida confesó la fe en que la vida no termina con la muerte
del cuerpo y elevó una plegaria para que todos cuantos hoy se sienten tristes puedan reanimarse
y fortalecer la esperanza en nuestro Señor Jesucristo, luz que ilumina las tinieblas.
Fue ocasión para dar gracias a Dios por la vida y testimonio de este hermano y siervo bueno,
hombre ejemplar, formador de generaciones del Carmelo Descalzo, cimiento de muchas
vocaciones.
El momento de oración culminó con el canto de la Salve para honrar a la Santísima Virgen María
del Monte Carmelo, a quien, con su nombre de religioso y con su vida, Fray Oswaldo de la Virgen
del Carmen profesó su devoción.
Posteriormente, las cenizas fueron trasladadas al estado Trujillo para los actos velatorios en la
Santa Iglesia Catedral, donde fue su sede episcopal.
Texto y foto: Arquidiócesis de Barquisimeto