Más de un habitante de la parroquia José Gregorio Bastidas, en Palavecino, estado Lara, se despertó temprano la mañana de este 10-Feb, para tomar su pancarta y expresar su descontento en la calle ante las irregularidades en los servicios públicos.
Un poco más de 17 comunidades tuvieron representación, de un padecimiento que se ha alargado por años, pero este último que finalizó -2020- la situación empeoró, en plena pandemia.
¿Por qué José Gregorio Bastidas no tiene agua?, se pregunta Douglas Amache, ingeniero y habitante de El Paraíso, uno de los sectores más afectados.
Amache sostiene que, de acuerdo a los cálculos y el último censo en la parroquia, deberían haber unas 80 mil personas afectadas, aproximadamente. Un problema que inició en el 2011, «no hacen mantenimiento y el problema se vino agravando», asegura.
Su hermano, Pedro, salió junto a él a manifestar su descontento. «Solo queremos que nos resuelvan, porque supuestamente los pozos están dañados, pero eso siempre ha sido así, estando funcionando o no, no llega el líquido a las tuberías», acotó.
Algunas de las comunidades afectadas, ademas de El Paraíso, son El Trigal, La Morenera, Los Rastrojos, Valle Hondo, Las Mercedes, El Recreo, Villa Paraíso, Atapaima, Villas de Cabudare, Los Yabos, La Piedad (sectores), El Valle, La Mora, Almariera, Rocaterra, avenida Montañita y otras.
La mayoría de los habitantes tienen que esperar, apenas dos veces por semana, -en horas de la madrugada- para recoger la poca agua que llega y almacenar en tobos y cada recipiente que consigan en el hogar.
Los que cuentan con tanque subterráneo tampoco pueden estar tranquilos, en zonas bajas, el «chorrito» de agua no alcanza a llenarlo, para hacerlo, deben cancelar camiones cisternas, que ahora cobran hasta 10 dólares por dos mil litros.
Alba Zerpa, una señora de la tercera edad que tiene su casa en La Morenera, caminó hasta El Trigal -cerca de unas cinco cuadras- para sumarse a la manifestación.
«Nosotros presentamos la misma problemática de todas las urbanizaciones, el agua nos llega por horas, una o dos horas a la semana«, expresó.
Zerpa, al igual que muchos adultos mayores, deben trasladarse también hasta las «tomas de agua» clandestinas para llenar los recipientes o tobos, que se llevan en carritos (coches para bebés) o simplemente cargados entre varias personas o en vehículos.
En las zonas entre comunidades, EL INFORMADOR pudo verificar la existencia de al menos tres tomas de agua que son usadas por los vecinos para recolectar el líquido, solo una de ellas pertenece a la Hidrológica del estado Lara (Hidrolara), ubicada en El Recreo.
Uno de los manifestantes, con una llave de paso colgada al cuello, salió con una pancarta muy peculiar, donde se leía «No al tiforvirus» haciendo referencia al presidente de Hidrolara, contó.
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No solo es el agua
Cecilia Falcón, vocera de la protesta, indicó que las comunidades están siendo afectadas, por más que un problema de agua.
«Tenemos los sectores en estas condiciones porque mantenemos el aseo nosotros mismos, para que el transeúnte no nos bote la basura, los mismos vecinos limpiamos las islas, la alcaldía no manda obreros al limpiar», señaló.
El aseo, lo ven una vez al mes o cada 15 días, si los habitantes llaman e insisten a las autoridades.
«Cuando las tuberías están secas, proliferan ratas y cucarachas, zancudos, porque todo el mundo almacena agua», añadió Falcón a EL INFORMADOR.
Una vocera del Conjunto Residencial Trigalpa, también se acercó al equipo reporteril para hacer un llamado a las autoridades.
«Nosotros tenemos más de un año con el problema del agua, hemos puesto denuncias y no hemos tenido respuestas favorables, no aguantamos económicamente los gastos en cisternas, estiramos el agua, el gas, la electricidad, la basura, necesitamos soluciones», insistió.
Enmanuel De Sousa (@enmanueldsousa)