Diecinueve venezolanos que viajaban de forma ilegal en una lancha que salió desde la isla de San Andrés hacia Nicaragua fueron deportados por las autoridades de Colombia. La embarcación fue interceptada por oficiales de la guardia cortera colombiana.
Edwin, Eduard y Rosimar, entrevistados por el diario digital La Nación, dijeron que esperaban continuar la ruta hacia Estados Unidos, como a diario hacen cientos de connacionales. En un reportaje publicado se señaló que los migrantes suplicaron a los uniformados que les permitieran seguir porque faltaba poco para llegar a territorio nicaragüense.
Estos tres jóvenes aseguraron que ingresaron de forma legal a San Andrés. Para ello, compraron boletos aéreos, ida y vuelta, pagaron hospedajes y un paquete turístico.
“Dicen que suele caer (interceptan) una lancha al mes. Y fue la de nosotros”, dijo Eduard, de 19 años de edad, al medio digital. “A diario, sale al menos una lancha con migrantes. No sabemos si es suerte o mala suerte, porque era como si no nos conviniera seguir la ruta”, agregó Rosimar, también de 19.
Las embarcaciones que cubren esa ruta comúnmente no cuentan con las condiciones adecuadas para navegar y zarpan desde la isla colombiana con sobrepeso, lo que supone un riesgo para los extranjeros que se atreven a tomar esta vía para recortar camino.
Los jóvenes contaron que pagaron 3.500 dólares cada uno por un paquete que incluye el traslado hasta la frontera de México con Estados Unidos. Y señalaron que durante la travesía se les garantizaba el acompañamiento de un guía.
“Estamos otra vez acá, en la frontera por donde salimos hace días atrás y con los bolsillos vacíos; gran parte lo invertimos en el paquete que nos garantizaba llegar a Nicaragua y seguir hasta México para luego ingresar a los Estados Unidos”, lamentó Eduard.