La Catedral de Barquisimeto se vistió de alegría y gratitud en esta mañana luminosa, en la que la Iglesia local se congregó con fervor para celebrar la Eucaristía de acción de gracias por la elección de nuestro nuevo Papa León XIV, un pastor que llega con la misión de guiar a la Iglesia universal con espíritu de humildad, amor y santidad.
La celebración fue presidida con profunda reverencia y alegría por monseñor Polito Rodríguez Méndez, arzobispo de Barquisimeto, en un acto que reunió a todo el clero, religiosas, seminaristas, autoridades civiles y militares, miembros de la comunidad universitaria, medios de comunicación y fieles devotos que, desde sus hogares y a través de las nuevas tecnologías, se unieron en comunión para elevar sus corazones al Señor en este día de gozosa acción de gracias.
Desde el inicio de la liturgia, monseñor Polito saludó con afecto y reconocimiento a todos los presentes y a quienes, en sintonía con esta celebración, siguen con devoción y fe la elección de un nuevo pastor para la grey de Cristo.
“Hoy, celebramos la provisión de Dios para su Iglesia de un sucesor de Pedro, un padre y pastor que, guiado por el Espíritu Santo, será instrumento de paz, justicia y misericordia en medio de un mundo que tanto necesita de la presencia viva de Cristo”.
El arzobispo destacó que, apenas a 24 horas del cónclave, 133 cardenales reunidos en oración y discernimiento, bajo la inspiración del Espíritu Santo, eligieron al cardenal Robert Prevost, quien aceptó humildemente su vocación y tomó el nombre de León XIV. “Hemos sido testigos de la solemnidad y la unidad en la diversidad, en ese acto en el que cada cardenal, en su idioma y cultura, expresó su amor y fidelidad a la Iglesia.
La elección del nombre León nos remite a grandes papas que defendieron la fe y promovieron la justicia social, como León I, el Magno, y León XIII, el Papa de la Doctrina Social. Este nombre, cargado de historia y esperanza, nos invita a consolidar una Iglesia fuerte en la fe y comprometida con el bienestar de todos los pueblos”.
Inspirándose en las lecturas de la Sagrada Escritura, especialmente en la primera lectura de San Pablo a los Corintios, monseñor Polito resaltó que somos un solo cuerpo en Cristo, aunque nuestros dones y talentos sean diversos. La Iglesia, como nos enseña San Pablo, no es uniformidad, sino comunión en las diferencias. Cada miembro, cada comunidad, tiene un rol vital en la misión común. La sinodalidad, que tanto promovió el papa Francisco y que ahora continúa el Papa León XIV, es la expresión viva de esta comunión en la diversidad, donde todos caminamos juntos, escuchando y discerniendo la voluntad de Dios.
El arzobispo subrayó que el Papa León XIV, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor, busca construir una Iglesia misionera, puente de diálogo y amor, que se acerca a quienes sufren y que vive con humildad y entrega total. Nos invita a ser una comunidad que camina en la verdad, con corazones abiertos y manos dispuestas a servir.
Las palabras del Papa León XIV, en su primera intervención antes de la bendición Urbi et Orbi, resonaron en los corazones de los presentes: “Queremos una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad, estar cerca de quienes sufren”. La elección de un papa que, como nos enseñó monseñor Polito, es movido por el amor a Jesucristo y a su Iglesia, reafirma la esperanza de una época marcada por el compromiso de vivir la fe con alegría y fidelidad.
El arzobispo recordó que el amor es la fuerza que impulsa la respuesta generosa del papa León XIV a la llamada del Señor. Como Pedro, en su momento, nuestro nuevo pontífice ha respondido con un Sí total, consciente de que su misión implica sacrificio y entrega, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor.
Monseñor invita a reflexionar
Monseñor Polito invitó a los presentes a reflexionar sobre su papel en la misión eclesial y social: “Ustedes, como padres y madres, pastoreen la familia, la Iglesia doméstica, con amor y entrega, no por obligación, sino por caridad, siendo testimonio vivo del amor de Jesús. Los estudiantes, llamados a iluminar el mundo con su fe y esperanza. Los trabajadores, servidores del bien común en sus diversas vocaciones. Las autoridades, guardianes responsables del cuidado de los bienes comunes y de la justicia social”.
Asimismo, resaltó que la Iglesia en estos tiempos difíciles necesita de corazones valientes y dispuestos a testimoniar la fe en medio de contextos que a menudo parecen hostiles, como lo expresó el papa León XIV en sus primeras palabras: “Estamos llamados a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús Salvador, incluso en ambientes donde la incredulidad y la indiferencia parecen reinar”.
El arzobispo recordó que el Papa León XIV, nacido en Chicago, con raíces francesas y españolas, formó parte de la Orden de San Agustín y tiene una profunda vocación misionera, especialmente en Perú, donde trabajó en zonas rurales y en la formación pastoral. Su experiencia internacional, su sensibilidad social y su espiritualidad agustiniana enriquecen su liderazgo y su visión pastoral, haciendo de él un guía cercano y lleno de esperanza para toda la Iglesia.
Finalmente, el arzobispo de Barquisimeto exhortó a toda la comunidad católica a seguir el ejemplo del papa León XIV, a vivir con amor y fidelidad su misión, a ser instrumentos de paz y misericordia en estos tiempos de prueba. “Pidamos al Espíritu Santo que fortalezca en cada uno de nosotros ese amor incondicional, esa respuesta generosa y esa entrega total a Cristo y a su Iglesia. Que podamos, junto con nuestro nuevo papa, ser verdaderos testigos de la alegría del Evangelio y custodios de la esperanza para el mundo”.
¡Viva el Papa León XIV, nuestro pastor y guía!. Con estas palabras de esperanza y fe, la celebración en la Catedral de Barquisimeto concluyó con la bendición, en un acto que quedará en los corazones de todos, como un signo claro de la presencia viva de Cristo en medio de su pueblo, y de la alegría de pertenecer a una Iglesia que camina en la luz de su Señor.
¡Que viva el Papa León XIV! Que su misión sea fecunda y su ejemplo una fuente de inspiración para todos los cristianos. La Iglesia de Barquisimeto se compromete a acompañarlo en oración y en acción, en el camino de la fe, la esperanza y el amor.
Prensa Arquidiócesis de Barquisimeto